domingo, 29 de enero de 2017

Duermen bajo las aguas, Carmen Kurtz

Duermen bajo las aguas”, Carmen Kurtz,(*) seudónimo  de Carmen de Rafael Marés.(**) Círculo de Lectores. Cubierta,  J. Noguera/Printer.

Duermen bajo las aguas / Carmen KurtzNovela que hace ya unos cuantos años comencé a leer pero  interrumpí su lectura porque en aquel entonces no despertó suficientemente  mi interés. Recientemente volvió a caer en mis manos y esta vez sí que la leí de principio a fin. Según pude leer en el mismo libro, en el apartado “Autor y su obra”,  era una  “novela de cauce autobiográfico que ganó el premio Ciudad de Barcelona1954, y era, asimismo, la primera de sus obras que Kurtz(*) destinaba al   público adulto; aunque desde 1943, escribía y publicaba cuentos infantiles.

 En este mismo apartado se señala  que la escritora “… pretende mediante sus obras hacer una crítica del momento social al que pertenece” (¿?).Aspecto que debo aclarar yo no he vislumbrado, porque las experiencias  aquí contadas  , opino, son y están alejadas de lo común y corriente a la mayoría. Posteriormente, después de haber leído un artículo titulado “Las heroínas de Carmen Kurtz “por Cristina López Pavía, me hizo meditar acerca de mis iniciales consideraciones y releer, detenidamente, su biografía, tanto la que consta en el ya citado apartado del libro como las halladas en Wikipedia y en la página de escritoras.com.


De esta autora sólo he leído esta novela. Obra que en su primera parte tiene como escenario de fondo a  la Barcelona de los años anteriores a la contienda civil del 36.(1) Clima convulsivo que estimo   ni siquiera es insinuado en el extenso y detallado relato  en torno a la vida de su protagonista, Pilar, una joven catalana de familia bien.  Por otro lado, rico en detalles e historias  contados desde la infancia, con descripción , a mi juicio, pormenorizada del grupo familiar compuesto por cinco hermanos, chicas y chicos, huérfanos de madre, bajo la batuta de un muy "singular" padre, al menos para los ojos de su hija,  así como del ambiente, las costumbres , las amistades y los más  allegados del hogar  paterno.

Estos capítulos dedicados a las etapas de infancia, adolescencia y primera juventud, me resultaron amenos no sólo por las anécdotas y particularidades  familiares, sino también por los modos de vida que,   en aquellos tiempos del primer tercio del XX,  allí se explican. Los cuales - según pienso-  eran nada corrientes ni comunes contrastados con los de la mayoría de sus contemporáneos vecinos de la ciudad de Barcelona. Pasajes que ofrecen la visión de una élite social, la burguesía catalana, encarnada en la protagonista y  su familia.  Historias, en suma, muy entronizadas alrededor de uno mismo.

Más adelante,  en la segunda parte de la novela, con Pilar, la protagonista, fuera de su particular y elitista  entorno familiar, las experiencias relatadas se hacen más próximas al común mortal, es decir, a la mayoría de los lectores. Porque se refieren a experiencias  de una mujer joven de aquella época, casada y dependiente  en todo de un marido al que acompaña en sus múltiples traslados por motivos laborales, en un país que no es el suyo, y, además, en un mundo en guerra, la SGM. Experiencias vividas que la acercan  a la dura realidad. La realidad, por cierto, de muchos, bien distinta a la de los pocos privilegiados que disponen de medios económicos e influencias poderosas que si no le privan si le alejan y minimizan las calamidades, las crueldades, las penurias e , injusticias de las guerras.


Particularmente, me ha parecido muy interesante todo lo leído entorno a la autora y su contexto biográfico e histórico. Habla, más que su novela. 
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(*)Carmen Kurtz decidió dedicarse profesionalmente a la literatura infantil y juvenil. En 1962, se publica Oscar cosmonauta, primer libro de la que será una exitosa serie de novelas con Oscar como protagonista,  que la hizo quedar finalista del premio más importante de la literatura infantil y juvenil en España, el Lazarillo, y la colocó en la lista de honor del galardón más importante a nivel mundial, el Hans Christian Andersen.

(**)Carmen de Rafael Morés,  nació en 1911 , en el seno de una familia de la burguesía barcelonesa, descendiente  de indianos de ascendencia catalana,tanto por parte de padre como de madre. Ambos abuelos, curiosamente, estaban casados con mujeres estadounidenses. Detalles que creo  necesarios conocer para acercarnos a la autora de esta novela, que fue- repito - la primera de sus obras dirigida a un público adulto. Ficción en la que están recogidos muchos detalles y sucesos  de su biografía., tantos como  los   otros muchos no reflejados. Los cuales, considero, dejaron marca imborrable en su existencia, “que- en palabras de la propia autora - no supimos decir”,  o, tal vez, añado yo, no quisimos decir, y quizás " duerman,  bajo las aguas y esperan su turno para salir a flote”.

(1)¡Período histórico- como es sabido- muy conflictivo para España, para los españoles y puede que hasta en mayor medida para los habitantes de la Ciudad Condal, en la que imperaban el desorden, la arbitrariedad y la persecución indiscriminada de todo aquel considerado de derechas y de fe y convicciones cristianas! ¡Horroroso y bochornoso capítulo de la Historia de Barcelona!  Seguidamente, reproduzco los comentarios de​ George Orwell  sobre la Barcelona de aquellos días, información sacada de Wikipedia:
Por primera vez en mi vida, me encontraba en una ciudad donde la clase trabajadora llevaba las riendas. Casi todos los edificios, cualquiera que fuera su tamaño, estaban en manos de los trabajadores y cubiertos con banderas rojas o con la bandera roja y negra de los anarquistas; las paredes ostentaban la hoz y el martillo y las iniciales de los partidos revolucionarios; casi todos los templos habían sido destruidos y sus imágenes, quemadas. Por todas partes, cuadrillas de obreros se dedicaban sistemáticamente a demoler iglesias. En toda tienda y en todo café se veían letreros que proclamaban su nueva condición de servicios socializados; hasta los limpiabotas habían sido colectivizados y sus cajas estaban pintadas de rojo y negro. Camareros y dependientes miraban al cliente cara a cara y lo trataban como a un igual. Las formas serviles e incluso ceremoniosas del lenguaje habían desaparecido. Nadie decía señor, o don y tampoco usted; todos se trataban de «camarada» y «tú», y decían ¡salud! en lugar de buenos días.”
Para abundar en la información, me remito a  Wikipedia, al apartado titulado Barcelona durante la República, del que  he extraído el siguiente párrafo:
Barcelona, capital de la región catalana, había sido un tradicional bastión del republicanismo español desde el siglo XIX y la ciudad aceptó rápidamente la proclamación de la República tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 ganadas por la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Ello motivó que el nacionalismo catalán se manifestase prontamente como una fuerza política considerable, creándose la Generalidad de Cataluña para satisfacer las demandas de los nacionalistas catalanes, lo cual introducía un nuevo elemento adicional a las pugnas de izquierdas y derechas durante el periodo republicano. Durante la Revolución de Asturias de 1934, los nacionalistas catalanes más apegados a la izquierda política, dirigidos por Lluís Companys, trataron de proclamar un «Estado catalán dentro de la República Federal Española» el día 6 de octubre, pero la revuelta careció de apoyo armado y Companys capituló con sus seguidores al día siguiente. La rivalidad política entre las fuerzas de izquierda y derecha en Cataluña se vio complicada por el nacionalismo catalán como tercer factor; entre los líderes nacionalistas catalanes habían ciertamente una mayor identificación con la izquierda española que apoyaba las reivindicaciones autonomistas (sin llegar al separatismo) pero muchos militantes nacionalistas aún rechazaban el izquierdismo de sus líderes y se mostraban mucho más conservadores en cuestiones políticas. En ese contexto, Barcelona era la segunda ciudad más poblada de España, su principal puerto comercial en el Mediterráneo, una fuerte plaza comercial y bancaria, y poseía mayores núcleos industriales que la propia Madrid, por lo cual dentro de la urbe barcelonesa convivían tanto los mayores sindicatos de España como las principales firmas comerciales de la gran burguesía española.”

Así como, también,  al siguiente párrafo  seleccionado del  apartado “Guerra Civil”:

“En Barcelona se vivió un proceso revolucionario mediante el cual gran parte de las empresas y servicios fueron colectivizados por sindicatos como la CNT y la UGT. Pocos días después del golpe, el 23 de julio, se fundó el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), de ideología comunista. La autoridad del Gobierno de la República y la Generalidad era teórica, ya que quienes controlaban de forma efectiva las calles eran los anarquistas, quienes iniciaron la revolución y emprendieron un proceso de represión de los sectores derechistas y eclesiásticos de la ciudad.556​ En estas represalias fueron asesinadas en la ciudad 2328 personas, de las cuales un 20 % pertenecían al clero, entre ellos el obispo Manuel Irurita.557​ Se creó el Comité Central de Milicias Antifascistas, que se encargó de reclutar y armar voluntarios para combatir en el frente de Aragón junto a las tropas regulares.5

viernes, 20 de enero de 2017

La isla del paraíso, Victoria Holt.

La isla del paraíso, Victoria Holt. Traducción de Esther Donato. Círculo de Lectores, 1996. Título de la edición original:” The Road to Paradise Island “. Diseño: Emil Tröger .Ilustración: González Vicente.

En primer lugar hablaré un poco de la autora, la británica Eleonor Alice Burford Hibbert(1906-1993), una muy prolífica y afamada escritora  que,según leí, escribió más de doscientas  novelas y vendió millones de ejemplares. Fueron varios los seudónimos que usó,  diferenciando su utilización según la temática abordada, entre los cuales “Jean Plaidy”, y “Victoria Holt”figuran como los más conocidos. Bajo el primero, Jean Plaidy, vendió sus sagas de novelas históricas basadas en personajes y hechos reales del pasado, como por ejemplo las muchas que dedicó a los Tudor y su época.  Y en cuanto a Victoria Holt, según leí en Wikipedia, fue el seudónimo con el que se inició su fama  internacional, en el año 1960, cuando, siguiendo los “consejos del editor”  publicó en los Estados Unidos,  su primera novela romántica gótica, “ Mistress of Mellyn” (La señora de Mellyn), obra  que “ contenía la estructura clásica de las novelas de ese seudónimo, unas novelas de suspense romántico y ambientación gótica, que recreaba con tal perfección, que la llevaron a ser considerada "la gran dama del Gótico”.(*) También leí que muchos de sus lectores bajo un determinado seudónimo no sospecharon sus otras identidades.

Yo  reconozco  que hasta  la lectura de esta novela, me eran desconocidas del todo tanto la escritora como su extensa producción,    y que me ha sorprendido de modo negativo la transformación radical experimentada por la autora en su trayectoria literaria que de escribir sobre personajes y  hechos reales, o sea,  históricos, en los que alcanzó justa fama por ser obras muy documentadas, tal como  lo demuestran sus  sagas en torno a los Tudor y su época,  pasase,  siguiendo las ya citadas recomendaciones de su editor, a escribir ficción. Pero ficción como, a modo de buen ejemplo,  la de “La isla del paraíso”, una artificiosa trama  llena de personajes y de vivencias  para un escogido público, en este caso el femenino.

Pienso, en suma, acaso equivocadamente, que la escritora inglesa no pudo resistirse a la tentación de aumentar sus ingresos en función del aumento, también, en ventas augurados por  su editor, o sea su promotor, y dejó de escribir a los impulsos de su corazón para escribir a tenor de pautas y guiones sobre cuestiones y temas concretos a ella previamente sugeridos . Consideración que me ha recordado al escritor estadounidense de origen judío, León Uris, y su obra " QB VII" en la que es abordada la cuestión de   la vocación ( "llamada") del escritor nato, de su impulso y de su evolución, así como del corrompido mundo de la edición literaria. Como también recordé el término  de "ramera intelectual", asignado por Uris en su novela a todos "los que escriben lo que les ordenan   escribir los que les pagan". De los que, desafortunadamente, creo, muchos y muchas hay.
oooOOOooo


Se trata de una extensa novela  que conforma  un libro de más de 472 páginas, de fácil y  entretenida lectura, en la que se distinguen dos narraciones: una situada en el pasado y dentro del marco de la Inglaterra del XVIII; y la otra en los inicios del XX, en  parajes situados en el Pacífico Sur. Cada una de estas narraciones con pluralidad de personajes y de entornos  muy diferenciados,  unidas  por la protagonista principal, Annalice Mallory, eje de la novela. 

El primero de los relatos es una  trama situada en el pasado  con numerosos misterios  por desvelar,  intrigas que debo reconocer,  “me engancharon”,  y fui pasando hoja tras hoja  para hallar respuestas y, principalmente,  desentrañar la conexión entre el ayer (los antepasados y el pasado) con el presente de la protagonista; después de haberla seguido, obviamente,  a través de la lectura, en su largo periplo desde el hemisferio Norte, hasta el otro lado  del mundo, en el hemisferio Sur. Este fuerte  contraste y mezcla, entre los personajes, la ambientación y las situaciones conflictivas a las que se ve abocada  la  protagonista, es el mayor y buen  acierto, según creo, de la historia. Esos dos escenarios diametralmente diferentes y opuestos. Dos mundos, dos épocas. La Inglaterra (Gran Bretaña) del XVIII y la Australia con los archipiélagos del Pacífico Sur, de principios del XX. Pero, en ambos, eso sí, la misma etnia (anglosajones) dominante.

Mientras  la leía, en múltiples ocasiones, vino a mi memoria las narraciones de Jack London, muchas de las cuales, como las aquí contadas por la escritora inglesa,   están también ambientadas y desarrollada su acción en territorios lejanos, no sólo por la distancia física– al otro lado del Mundo y hemisferio- sino por la raza, las creencias y tradiciones, cultura y crónicas de las gentes de los lugares citados. Relatos protagonizados por occidentales  de creencias y valores  cristianos, aunque en la práctica descrita, seres  avariciosos,  de sesgada humanidad, que están convencidos de su superioridad  por razón  del blanco color de su piel en relación al resto, los indígenas de las zonas, los propios del lugar con sus costumbres y creencias ancestrales. Lugares a los que "el occidental", genéricamente hablando, - no hay que olvidarlo - fue en busca de fortuna, bien porque carecía de ella, bien para acrecentarla.

Estas últimas consideraciones, supongo, han pesado mucho en mi valoración de la novela, y me han impedido ver a los protagonistas del áureo color con que Victoria Holt quiso pintarlos. Yo sólo he podido verlos  de muy oscuro tono, similares al del tipo humano descrito por Hobbes.

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(*)Copiado de Wikipedia: “En los relatos propiamente góticos se advierte un erotismo larvado y un amor por lo decadente y ruinoso. La depresión profunda, la angustia, la soledad, el amor enfermizo, aparecen en estos textos vinculados con lo oculto y lo sobrenatural. La mayoría de los autores sostiene que el gótico ha sido el padre del género de terror, que con posterioridad explotó el fenómeno del miedo con menor interés en los sentimientos de depresión, decadencia y exaltación de lo ruinoso y macabro que fueron el sello de la literatura romántica goticista, y más énfasis en otros elementos.”



jueves, 5 de enero de 2017

“Ben Ammar de Sevilla”,(*) Una tragedia en la España de los taifas, por Claudio Sánchez- Albornoz y Menduiña

(*) Al percatarme del error de bulto cometido al escribir el título del libro como "Abderramán de Sevilla" me ha llevado a releer , corregir y hacer alguna que otra modificación al texto. ¡Lo siento!


“Ben Ammar de Sevilla”, (*)  Una tragedia en la España de los taifas, por Claudio Sánchez-  Albornoz y Menduiña. Colección Austral, nº 1502, Espasa-Calpe, Madrid, 1972. Un libro de  muy completa edición, en cuya tapa  superior, en su dorso, ilustra al lector con datos biográficos del autor y  sinopsis de la obra.

Es una narración sencilla, de fácil lectura, desarrollada en ciento treinta y nueve páginas, con tipografía de tamaño normal y grandes espacios libres. Características que unidas al interés despertado en mí por la trama, hicieron que prácticamente “devorase”  el libro.

Ubicación deHistoria que parece de ficción, un cuento, pero no lo es. Como expresamente lo advierte su  autor, Sánchez-Albornoz,(1) en el prólogo ‘Mea Culpa’, cuando escribió: “Los personajes principales de esta narración son todos históricos; la mayoría de los sucesos en ella referidos acaecieron en verdad y los otros debieron o pudieron también ocurrir…”; es decir,   Al-Mútamid, Rumaykiya y Ben Ammar son, fueron, reales. Existieron en aquellos lejanos tiempos, siglo XI, de la España musulmana, Al-Ándalus, teniendo como específico escenario principal la Sevilla islámica, un reino taifa.

Ha sido una segunda lectura, la primera lo fue en 1993, pero, incomprensiblemente, -  ahora lo pienso así - la olvidé del todo, personajes y argumento.   Entonces todo lo allí contado me debió parecer irreal, lejano, y muy artificioso: un rey poeta que es más poeta que gobernante, una esclava convertida en reina y un favorito encumbrado a visir gracias a su talento lírico. En resumidas cuentas, un relato de “ Las Mil y una Noches”. Al presente ha sido bien diferente; tal vez porque he  mirado  a los personajes allí representados  desde su perspectiva  universal. Y, por este mismo motivo , creo entender el por qué su autor, el prestigioso historiador, experto en la Historia Medieval de España, bautizó su obra como “ Ben Ammar  de Sevilla”, porque este personaje, en mayor medida que los otros dos con los que comparte protagonismo, personifica, encarna un tipo humano universal, el del ser de ilimitada ambición de fortuna  y de poder, individuo , en muchas ocasiones tal como Ben Ammar, venido de la nada, un donnadie, pero que situado ya  en una posición social ventajosa, no tiene límite  ni freno moral que le detengan en sus ansias desenfrenadas de acumulación de mayores riquezas y alcance de jerarquía superior. Y ello le lleva a cometer todo tipo de villanías, incluida la traición al amigo y benefactor, y llegado el caso hasta el crimen. ¡Ay,  la codicia!

Transcribo las palabras de Sánchez – Albornoz en relación a sus consideraciones sobre Ben Ammar:

Acaso ensombrecí la figura de Ben Ammar, abultando sus flaquezas más de lo que su biografía nos permite adivinar. Me dejé ganar por mi personal antipatía hacia los intelectuales y políticos sin escrúpulos, arribistas, ambiciosos de mando y de riquezas, zigzagueantes, desleales, envidiosos, a la par supersticiosos y crueles, capaces de pasar de la adulación al espionaje y la mentira, orgullosos y violentos con las masas. No creo, empero, haber desfigurado su silueta. Por lo que de él cuentan las historias arábigas merece ser equiparado a muchos políticos de hoy que todos hemos conocido y conocemos.”   
¡Cuánta verdad y sabiduría acerca de la miserable criatura humana encierran estas palabras de Sánchez –Albornoz! A quien expreso y dirijo mi admiración más sincera.


Pero, resaltado lo negativo del personaje,  debo también resaltar  su especial don, su gracia, porque Ben Ammar, Abenamar, Ibn Ammar,(2), fue un gran poeta que, según leí en Wikipedia,  “destacó sobre todo en el cultivo de la gacela o gazal homoerótico. Su poesía supone una de las cimas del cultivo de la poesía amorosa en Al-Ándalus, en la que Abenamar es uno de sus representantes más destacados, pues se dedicó a la lírica culta amorosa árabe por pasión, y no por oficio como era común entre los poetas cortesanos andalusíes”.

Libro cuya lectura, resumiendo,  me agradó mucho.
  
Cierro este comentario con “Romance de Abenámar”, Anónimo. Desconozco si el morito al que está dedicada es el mismo cuya trágica historia nos cuenta Don Claudio.

ROMANCE DE ABENÁMAR
—¡Abenámar, Abenámar,   moro de la morería,
el día que tú naciste   grandes señales había!
Estaba la mar en calma,   la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace   no debe decir mentira.

Allí respondiera el moro,   bien oiréis lo que diría:
—Yo te lo diré, señor,   aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro   y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho   mi madre me lo decía
que mentira no dijese,   que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey,   que la verdad te diría.
—Yo te agradezco, Abenámar,   aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?   ¡Altos son y relucían!

—El Alhambra era, señor,   y la otra la mezquita,
los otros los Alixares,   labrados a maravilla.
El moro que los labraba   cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra,   otras tantas se perdía.
El otro es Generalife,   huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas,   castillo de gran valía.
Allí habló el rey don Juan,   bien oiréis lo que decía:
—Si tú quisieses, Granada,   contigo me casaría;
daréte en arras y dote   a Córdoba y a Sevilla.
—Casada soy, rey don Juan,   casada soy, que no viuda;

el moro que a mí me tiene   muy grande bien me quería.


(1) Me remito al artículo publicado por La Vanguardia, en 1984,( “Claudio Sánchez Albornoz, un apasionado de la historia de España”) con motivo de su muerte, en el que se glosa su figura como político, historiador,  periodista e intelectual .  Al final se detallan (y enlaza con cada uno ) los 82 artículos del insigne historiador,  publicados por ese medio.

(2) Todos estos nombres le corresponden.