sábado, 16 de febrero de 2013

Terciopelo Negro /Señor Natural, de Lázló Passuth



El “Señor Natural”  es una novela histórica escrita por LázlóPassuth en 1947.  El ejemplar por mí leído corresponde a una edición de Luis de Caralt, 1962, Colección Gigante, título de la obra original: “Fekete bársonyban”, (Terciopelo Negro), versión española de Mariano Orta Manzano, con  cubierta de papel ilustrada con la imagen del famoso cuadro del Greco, “El caballero de la mano en el pecho”. Esta pintura en su tiempo, según leí en Wikipedia,  se convirtió en la representación clásica y honorable del español del Siglo de Oro. Transcribo unos  versos dedicados a esta pintura por el universal poeta español, Manuel Machado, hermano de  Antonio Machado, que vi publicados en la citada web:

                                    “Este desconocido es un cristiano
De serio porte y negra vestidura,
      Donde brilla no más la empuñadura,
    De su admirable estoque toledano.”

La leí en el verano del 2008. Fui retrasando el comentario y cuando me propuse hacerlo, tuve la necesidad de volverla a leer. Luego de esta segunda  lectura  busqué  información fidedigna sobre los pasajes históricos que me parecieron “más inverosímiles”, así como sobre  algunos de sus actores, como por ejemplo de: Felipe IIDon Juan de AustriaAntonio PérezRuy Gómez, y San Pío V, por citar algunos. Estas lecturas adicionales me sirvieron para constatar la autenticidad de aquellos hechos narrados por Lázló Passuth, que a mi me parecían más bien fruto de la ficción del escritor . Aquel año también leí “La Reina Mártir” del Padre  Coloma, y “Enrique VIII” escrita por Félix Grayeff. Los tres libros se refieren al siglo XVI. Sus protagonistas son los reyes de tres de las monarquías  que a la sazón existían en Europa. Países entonces gobernados por un  rey o reina a modo de amo y señor de vidas y haciendas. Estas lecturas han enriquecido tanto mis conocimientos históricos como los referidos a la sórdida naturaleza humana en su lucha por el poder político y económico. ¡Cuánta semejanza hay entre los inicuos de cualquier época y país del mundo! ¡Qué poco han cambiado sus  fines y  tampoco los modos de conseguirlos!

Pero, vuelvo a la novela de Passuth, el cual, en su “Advertencia final”, nos detalla el escenario y actores  por él escogidos que son los correspondientes “a la época difícil y que, en muchos aspectos, sigue ejerciendo influjo hasta en nuestros días, de la Europa que existió bajo Felipe II.” También nos aclara que “la novela histórica no puede ser idéntica a la obra del historiador. Pero sin embargo debe cumplir siempre una condición: no puede falsear la esencia de las personalidades rectoras de una época, como tampoco los acontecimientos decisivos de la Historia”.

Dicho esto, quiero  elogiar al escritor húngaro por ésta magna novela, compendio, sin duda, de muchísimas y concienzudas lecturas, y reflejo, asimismo, de un laborioso esfuerzo de comprensión y síntesis  para acercar al lector  al conocimiento de la realidad histórica europea de aquel significativo siglo XVI.  Su lectura, en resumen,  lleva al lector al conocimiento, de modo entretenido, al menos para mí lo fue, de los lazos familiares, las luchas, los intereses reales, ideología o creencias religiosas,… de los personajes poderosos de entonces,  así como de las instituciones y acontecimientos que, a la par de  conmover,  conformaron la Europa del siglo XVI, cuando buena parte de ésta y del mundo, estaba bajo la égida de Felipe II; aquel tan serio y austero monarca español, en cuyos dominios no se ponía el sol. Aquel amo del mundo junto a cuyo lecho de enfermo, en sus postreros días, “era imposible resistir más de unos minutos”. Conocimiento que  induce a una mejor  comprensión de las relaciones históricas entre  los países  europeos, hoy conocidos como España, Francia, Bélgica, Holanda , Portugal, Reino Unido e Italia. 

Es un libro grueso y rico de contenidos. Su principal protagonista es Felipe II,  Señor Natural, seguido por  Juan de AustriaAntonio Pérez, y Ana de Mendoza. Estos son los cuatro personajes, a mi modo de ver, ejes de la novela, cuyos hechos y situaciones personales son destacados sobre los demás. Luego, en otro plano, se nos presentan otras muchas figuras relevantes de la época, como el emperador Carlos V ,  sus hermanos, mayormente Doña María que reinó en Hungría y fue gobernadora de los Países Bajos, Alejandro Farnesio, Margarita de Parma, el rey Sebastián de Portugal, Ruy Gómez de Silva, el III Duque de Alba, el Papa San Pío V, los Valois y la regente Catalina de Médicis, María Estuardo, Isabel Tudor, el arquitecto Herrera, Santa Teresa de Ávila, San Francisco de Borja, Cervantes, el Duque de Orange y muchos más; todos ellos , reitero, influyentes personajes europeos de aquella  época de hegemonía española.


El título “Señor natural” de la versión en lengua castellana,  alude, según creo, a los seres reservados, “por la gracia de Dios” y en razón de su estirpe superior, a ser el amo y señor de vidas, pero, principalmente, de múltiple hacienda. En el caso español,  en el momento histórico descrito en la novela, esta “gracia” recaía en los del linaje de los Austrias (los Habsburgo). En Francia, en los Valois. En Escocia, en los Estuardo. En Inglaterra, en los Tudor… A mí, sin embargo, me parece más apropiado Terciopelo Negro” dado por el autor a la versión original . En parte, porque los nobles e hidalgos españoles, en aquella etapa de esplendor, se caracterizaron por el empleo de prendas oscuras de terciopelo. En alguna ocasión recuerdo haber leído sobre la sobriedad y el uso generalizado del color negro en  sus vestimentas, que distinguía a los  dignatarios  de los reinos de Castilla y Aragón. En franco contraste con las vestimentas lujosas y muy coloridas de los cortesanos de los reinos musulmanes de la península y, también, de los de las cortes inglesa, escocesa y francesa. Pero, la razón esencial es porque tras la lectura de la prolija obra de este amante de lo español, más de quinientas páginas, coliges que su autor, el húngaro Passuth, a quien dedica su obra es a España y a sus gentes, en aquel singular momento de su historia en que, por la coincidencia de muchos y excepcionales personajes, brilló de modo inusual y sorprendente en campos tan diversos como  literatura, arquitectura, religión, pintura,  militar,  descubrimientos geográficos, navegación, etc.,

San Francisco de Borja
Arquitecto Herrera
Estas son las razones de mis preferencias por “Terciopelo Negro,”  sobre “Señor Natural”. Aunque también la cuestión del señorío (soberano legítimo ) es ampliamente abordada; como lo evidencian los múltiples pasajes del libro dedicados a narrar las estrategias, los acuerdos  políticos, las bodas, las luchas abiertas o soterradas entre las respectivas élites   de  los reinos de Francia, Inglaterra, Escocia y España de la época.  Hechos encaminados en dirección unívoca a lograr, o al menos controlar, el poder. Poder  entonces ejercido de
 modo omnímodo  por el monarca.

María Estuardo
En su obra, Passuth cuenta con amenidad y detalle los principales  conflictos entre los poderosos de entonces por los tronos, tales como los habidos entre Isabel Tudor y María Estuardo. Los protagonizados en Francia por los últimos Valois, tutelados éstos por los poderosos GuisaEn los Países BajosGuillermo de Orange, el antiguo fiel servidor de Carlos V, (Carlos I, de España) capitaneando la sublevación contra Su Católica Majestad, Felipe II.  En Portugal, tras la muerte y desaparición del Rey Sebastián, las luchas entre el viejo Cardenal (tío del desaparecido rey) y el Prior de Crato(Antonio, el bastardo ), y, posteriormente la de éste con Felipe II.  Y, ya en España,  leeremos acerca de la rivalidad  entre las poderosas Casas de Alba y de Éboli,   por influir sobre las decisiones del Rey.    En conclusión, cualquiera de los dos títulos es acertado.


 
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