jueves, 13 de marzo de 2008

Las flores de Hiroshima, Edita Morris, junio, 2005

Leyendo los diversos comentarios y noticias suscitados en torno al tema de las víctimas del terrorismo, luego de la exitosa manifestación convocada por la AVT el pasado 4 de junio, he recordado una novela corta, escrita por Edita Morris, Círculo de Lectores, 1962, leída hace unos años.

El suave gozo, - así lo recuerdo- experimentado tras su lectura me resultó muy chocante con el tema del libro. Aborda éste la incomprensible situación de rechazo y marginación que - quince años más tarde- soportaban las víctimas supervivientes de la primera bomba nuclear arrojada por los norteamericanos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, "la cual quedó destruida y 80.000 personas murieron o quedaron gravemente dañadas por efecto de la radioactividad" (Pequeño Espasa, 1989).

Su autora, Edita Morris, pretende con su testimonio denunciar los problemas y las condiciones de vida en que se hallaban entonces (esperemos sea situación pasada) todos aquellos seres. Casi olvidados u olvidados por parte no sólo de sus conciudadanos sino de sus compatriotas y del mundo en general. Estos modernos leprosos, víctimas fortuitas de la sinrazón humana, denuncia Morris, en lugar del merecido resarcimiento por los males a ellos infringidos, han hallado silencio, desprecio y desconsideración real y objetiva de sus dolencias y de sus necesidades, físicas y psíquicas. Subsistiendo apartados, casi escondidos de sus conciudadanos. Postura concebible por el interés colectivo para conseguir las ayudas condicionadas por los norteamericanos a que no trascendiese la magnitud real de la catástrofe provocada. ¡Vaya!

Edita Morris nos relata con dulzura y mucho sentimiento las diversas facetas y aspectos del drama de las víctimas de Hiroshima a través del personaje principal y protagonista de la novela, Yuka, una joven esposa, madre, hija y hermana de alguno de aquellos seres sacrificados o afectados posteriormente por los efectos derivados de la explosión atómica.Es un libro ameno que vale la pena leer para acercarnos a ese ámbito inconcebible de sacrificio y dolor gratuito. Mundo en el cual unas personas se ven sumidas fortuitamente por razones, conflictos no implícitamente propios y, posteriormente, en aras del interés del resto del colectivo al cual pertenecen son, una y mil veces más, nuevamente sacrificados, bien mediante el olvido, o la no reivindicación de sus derechos, o la no persecución ni castigo de los ejecutores de su mal. ¡Qué triste! y también, ¡qué injusto!

No hay comentarios:

Publicar un comentario