jueves, 5 de enero de 2017

“Ben Ammar de Sevilla”,(*) Una tragedia en la España de los taifas, por Claudio Sánchez- Albornoz y Menduiña

(*) Al percatarme del error de bulto cometido al escribir el título del libro como "Abderramán de Sevilla" me ha llevado a releer , corregir y hacer alguna que otra modificación al texto. ¡Lo siento!


“Ben Ammar de Sevilla”, (*)  Una tragedia en la España de los taifas, por Claudio Sánchez-  Albornoz y Menduiña. Colección Austral, nº 1502, Espasa-Calpe, Madrid, 1972. Un libro de  muy completa edición, en cuya tapa  superior, en su dorso, ilustra al lector con datos biográficos del autor y  sinopsis de la obra.

Es una narración sencilla, de fácil lectura, desarrollada en ciento treinta y nueve páginas, con tipografía de tamaño normal y grandes espacios libres. Características que unidas al interés despertado en mí por la trama, hicieron que prácticamente “devorase”  el libro.

Ubicación deHistoria que parece de ficción, un cuento, pero no lo es. Como expresamente lo advierte su  autor, Sánchez-Albornoz,(1) en el prólogo ‘Mea Culpa’, cuando escribió: “Los personajes principales de esta narración son todos históricos; la mayoría de los sucesos en ella referidos acaecieron en verdad y los otros debieron o pudieron también ocurrir…”; es decir,   Al-Mútamid, Rumaykiya y Ben Ammar son, fueron, reales. Existieron en aquellos lejanos tiempos, siglo XI, de la España musulmana, Al-Ándalus, teniendo como específico escenario principal la Sevilla islámica, un reino taifa.

Ha sido una segunda lectura, la primera lo fue en 1993, pero, incomprensiblemente, -  ahora lo pienso así - la olvidé del todo, personajes y argumento.   Entonces todo lo allí contado me debió parecer irreal, lejano, y muy artificioso: un rey poeta que es más poeta que gobernante, una esclava convertida en reina y un favorito encumbrado a visir gracias a su talento lírico. En resumidas cuentas, un relato de “ Las Mil y una Noches”. Al presente ha sido bien diferente; tal vez porque he  mirado  a los personajes allí representados  desde su perspectiva  universal. Y, por este mismo motivo , creo entender el por qué su autor, el prestigioso historiador, experto en la Historia Medieval de España, bautizó su obra como “ Ben Ammar  de Sevilla”, porque este personaje, en mayor medida que los otros dos con los que comparte protagonismo, personifica, encarna un tipo humano universal, el del ser de ilimitada ambición de fortuna  y de poder, individuo , en muchas ocasiones tal como Ben Ammar, venido de la nada, un donnadie, pero que situado ya  en una posición social ventajosa, no tiene límite  ni freno moral que le detengan en sus ansias desenfrenadas de acumulación de mayores riquezas y alcance de jerarquía superior. Y ello le lleva a cometer todo tipo de villanías, incluida la traición al amigo y benefactor, y llegado el caso hasta el crimen. ¡Ay,  la codicia!

Transcribo las palabras de Sánchez – Albornoz en relación a sus consideraciones sobre Ben Ammar:

Acaso ensombrecí la figura de Ben Ammar, abultando sus flaquezas más de lo que su biografía nos permite adivinar. Me dejé ganar por mi personal antipatía hacia los intelectuales y políticos sin escrúpulos, arribistas, ambiciosos de mando y de riquezas, zigzagueantes, desleales, envidiosos, a la par supersticiosos y crueles, capaces de pasar de la adulación al espionaje y la mentira, orgullosos y violentos con las masas. No creo, empero, haber desfigurado su silueta. Por lo que de él cuentan las historias arábigas merece ser equiparado a muchos políticos de hoy que todos hemos conocido y conocemos.”   
¡Cuánta verdad y sabiduría acerca de la miserable criatura humana encierran estas palabras de Sánchez –Albornoz! A quien expreso y dirijo mi admiración más sincera.


Pero, resaltado lo negativo del personaje,  debo también resaltar  su especial don, su gracia, porque Ben Ammar, Abenamar, Ibn Ammar,(2), fue un gran poeta que, según leí en Wikipedia,  “destacó sobre todo en el cultivo de la gacela o gazal homoerótico. Su poesía supone una de las cimas del cultivo de la poesía amorosa en Al-Ándalus, en la que Abenamar es uno de sus representantes más destacados, pues se dedicó a la lírica culta amorosa árabe por pasión, y no por oficio como era común entre los poetas cortesanos andalusíes”.

Libro cuya lectura, resumiendo,  me agradó mucho.
  
Cierro este comentario con “Romance de Abenámar”, Anónimo. Desconozco si el morito al que está dedicada es el mismo cuya trágica historia nos cuenta Don Claudio.

ROMANCE DE ABENÁMAR
—¡Abenámar, Abenámar,   moro de la morería,
el día que tú naciste   grandes señales había!
Estaba la mar en calma,   la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace   no debe decir mentira.

Allí respondiera el moro,   bien oiréis lo que diría:
—Yo te lo diré, señor,   aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro   y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho   mi madre me lo decía
que mentira no dijese,   que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey,   que la verdad te diría.
—Yo te agradezco, Abenámar,   aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?   ¡Altos son y relucían!

—El Alhambra era, señor,   y la otra la mezquita,
los otros los Alixares,   labrados a maravilla.
El moro que los labraba   cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra,   otras tantas se perdía.
El otro es Generalife,   huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas,   castillo de gran valía.
Allí habló el rey don Juan,   bien oiréis lo que decía:
—Si tú quisieses, Granada,   contigo me casaría;
daréte en arras y dote   a Córdoba y a Sevilla.
—Casada soy, rey don Juan,   casada soy, que no viuda;

el moro que a mí me tiene   muy grande bien me quería.


(1) Me remito al artículo publicado por La Vanguardia, en 1984,( “Claudio Sánchez Albornoz, un apasionado de la historia de España”) con motivo de su muerte, en el que se glosa su figura como político, historiador,  periodista e intelectual .  Al final se detallan (y enlaza con cada uno ) los 82 artículos del insigne historiador,  publicados por ese medio.

(2) Todos estos nombres le corresponden.


viernes, 23 de diciembre de 2016

Oh ven Emmanuel - Blest ( Anónimo)

Oh ven, oh, ven, Emmanuel
¡Oh, ven! ¡Oh, ven, Emmanuel!
Libra al cautivo Israel,
Que sufre desterrado aquí
Y espera al Hijo de David,
Alégrate, ¡oh Israel! 
Vendrá, ya viene Emmanuel.

¡Oh, ven Tú, Vara de Isaí!
Redime al pueblo infeliz
Del poderío infernal,
Y dale vida celestial.
Alégrate, ¡oh Israel! 
Vendrá, ya viene Emmanuel.

¡Oh, ven Tú, Aurora celestial!
Alúmbranos con tu verdad;
Disipa toda oscuridad
Y danos días de solaz.
Alégrate, ¡oh Israel! 
Vendrá, ya viene Emmanuel.

¡Oh, ven Tú, Llave de David!
Abre el celeste hogar feliz;
Haz que lleguemos bien allá,
Y cierra el paso a la maldad.
Alégrate, ¡oh Israel! 
Vendrá, ¡.
"Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. " (Isaías 7:14)
 

viernes, 16 de septiembre de 2016

Volvoreta, de Wenceslao Fernández Flórez

Volvoreta, de Wenceslao Fernández Flórez, Libro RTV nº 43, Biblioteca Básica Salvat, Salvat Editores con la colaboración de Alianza Editorial, año 1970. Prólogo de José Manuel Alonso Ibarrola. Lectura en la que abunda la descripción de los entornos naturales de la localidad coruñesa de Gándara, así como  de algunos de los tipos humanos que la pueblan. Características que me recordaron  “El cuaderno gris”(Bajo Ampurdán)  y “Los Bravos”( la zona montañosa entre León y Asturias), recientemente leídos, cuyos respectivos escenarios geográficos están situados en regiones de los extremos del norte peninsular español,  coincidiendo los tres, curiosamente,   en reflejar hechos y personajes reales  basados en sus propias vivencias o de los suyos.

Foto de Coto Ancos e fondo da ríaVolvoreta”, según explica Alonso Ibarrola en su prólogo, es una obra de juventud. De la juventud de un español nacido en 1885. Mucha agua ha caído, tanta como, con toda probabilidad,   los cambios y las transformaciones sufridos por los entornos naturales descritos por el escritor, así como en los ambientes y las costumbres socio económico de las gentes de aquella zona, pero no en los conflictos y afectos de sus gentes que perduran y que con acierto han sido reflejados por Fernández Flórez a través de los personajes de la novela.  Es una historia sencilla, no hay intríngulis, y sí mucha descripción, en la que, según creo, Volvoreta es,  sólo un elemento  aglutinador  que utiliza el autor  para darnos su visión, entonces un veinteañero, del mundo que le rodeaba, para él un bucólico lugar del Norte de la costa atlántica española.  En cuya recreación se complace. Como también se complació en darnos la pintura de un cuadro de costumbres de una sociedad clasista, la de la Galicia provinciana y rural de finales del XIX, principios del XX, en la que el papel de  la mujer, tanto de la rica como de la pobre, es accesorio, inclinado  a cumplir  o llenar las expectativas de los otros,(marido, hijos, padre...)  En la novelita corresponde a Volvoreta, aldeana sirvienta, la personificación de la joven pobre, y a Isabel, la primogénita ,”en el frío de sus treinta años de soltera” – hermana del protagonista – el de la  rica.

En muchas ocasiones, mientras leía “Volvoreta”, vino a mi memoria “Los Pazos de Ulloa”, de Pardo Bazán (*), porque allí también se describían  tan similares como duros contrates entre las gentes del lugar,  y de sus oportunidades en la vida, dependiendo de la fortuna o del  estatus familiar de las personas  como del sexo, con superioridad exagerada del varón sobre la hembra. 
Foto de Ponte en Ruta con Nos!!! A Gandara-Fervenza 13 de marzoLa sencilla trama  de la novela   se sustenta, a modo de eje vertebrador, en relatar las vicisitudes  del “señorito” en razón de sus amores con la linda sirvienta. Simplicidad que se ve amenizada con el relato de otras historietas independientes, es decir, que no tiene nada que ver con el tema principal, protagonizadas por personajes secundarios como por ejemplo,  Amaro Rodeiro, funcionario de carrera y  especie de Ángel de la Guarda para el “cándido” Sergio; Agustín Rosales, el periodista madrileño director del periódico local, de tendencia liberal, “El Avance”;  o el indiano Manuel Acevedo, que marchó a Cuba pobre y regresó rico.  Historias auxiliares, sin duda, ilustrativas de los contrastes de la situación y mentalidad de las gentes, entre las cuales llamaron mi atención  las concernientes a la madre de familia, vecina de aquel  lugar de humedad extrema ambiental,   que iba enterrando a toda su prole aquejada de tisis. Así como las relacionadas  con los dos redactores del periódico “El Avance”, Muñiz el literato de la casa,  y Prego,  republicano de corazón, que había escrito un solo artículo en su vida.

Librillo, en fin, ameno que te acerca a aquella singular región de España, Galicia. Y en mi particular caso, me sirvió también para conocer, al menos algo, acerca del autor, Wenceslao Fernández  Flórez, cuyo nombre me sonaba mucho, pero desconocía quién fue y lo que representó en su época, así como su obra, es decir, su producción literaria. 
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(*)”Volvoreta” recibió el premio del Círculo de Bellas Artes, por decisión de un jurado compuesto por Pardo Bazán, Ortega y Gasset,  y Pérez de Ayala.




viernes, 9 de septiembre de 2016

Cuentos Rusos, Selección y traducción de José Laín Entralgo(*)

(*) 2 de enero de 2017: Acabo de revisar y rectificar, de nuevo, algunos de los párrafos escritos.

Cuentos rusosLibro 56, Biblioteca Básica Salvat de Libros RTV, editado por Salvat Editores con la colaboración de Alianza Editorial, año 1970, es una  antología de ocho relatos breves de distintos autores rusos, traducidos y seleccionados por José Laín Entralgo,(2) y  prologada por Augusto Vidal.(2). Un a mi modesto entender, interesante prólogo,   de obligada lectura  para el lector (*) que como yo desconozca  la literatura eslava, pues además de acercarle a la  Rusia popular le informa sobre los escritores y la evolución de su literatura , cuyas características de" humanidad,  ética, combatividad, búsqueda de “la verdad”, preocupación por los humildes y su extraordinaria proyección social”,  según señala  Vidal, están presentes  en el cuento, modalidad de tan honda tradición popular en la cultura eslava. El prólogo  se cierra con una reseña de cada cuento.


Como ya señalé, son ocho los autores y las narraciones seleccionadas.
Cada relato va precedido de un resumen biográfico del correspondiente   autor. entre los cuales  figura una mujer, Tatiana Tess con La luz del sol". Los otros escritores y títulos son los siguientes: Gorki con ChelkashBunin Una buena vidaKorolenko La necesidadBábel (2)El despertarAlexéi N. Tolstói La víboraI. Ilf y E.Petrov “El conde de Mediterráneo; y Paustovski (2) con El telegrama. Este último relato y “Chelkash”, fueron los que  más me agradaron. Seguidos, por este mismo orden, en cuanto a  preferencias,  por “La víbora” y El conde de Mediterráneo”.  Los dos primeros  porque nos hablan de prototipos humanos universales cuyos sentimientos y acciones descritos se dan, o pueden darse, en cualquier tiempo y lugar del mundo. Mientras las otras dos narraciones reflejan situaciones específicas fruto de la nueva coyuntura social comunista impuesta en aquella sociedad tras la implantación del régimen soviético. Experiencias humanas duras, vistas tanto desde el plano individual y personal, como desde el colectivo. 

  
Mi lectura fue hace un año y, consecuentemente, sólo recuerdo aquellas cosas que más me impresionaron como  el personaje protagonista de la primera de las narraciones, escrita por Gorki. Una para mí, bella narración,  porque son bellas  las imágenes de ambientación marina allí descritas, tanto como la dignidad y la hermosura del alma del viejo lobo de mar, Grishka Chelkash,   “muy conocido entre la gente del puerto, bebedor empedernido y ladrón hábil y audaz”. Y también bello, bellísimo, el contraste entre la  generosidad y el desprendimiento de un ser conceptuado como "descreído" frente a la codicia capaz de llegar hasta el crimen de “un piadoso creyente,”  fondo argumental del cuento.  Esta historia me hizo recordar  otra contada por Josep Plá, en “Un viaje frustrado”,  también protagonizada por un personaje  duro, tan duro como el entorno y las condiciones en las que se ve obligado a bregar para ganarse la existencia. ¡Una bonita historia y un entrañable protagonista! 

Katerina Petrovna es la protagonista de “El telegrama”, una conmovedora narración que nos refiere la desolación de una viejecita, cuya única hija marchó a Leningrado(3), ciudad en la que  vive entregada a su trabajo, un trabajo de responsabilidad. Ocupada de lleno por estas responsabilidades la hija no olvida pero si posterga las atenciones debidas a su madre, hoy un desvalido y solitario ser en un apartado paraje, alejado del  mundanal ruido, como diría Fray Luis de León, es decir,  en una recóndita aldea de la Rusia soviética, en un  otoño excepcionalmente frío y lluvioso, en una antigua y  señorial casona llena de testimonios de lo que antaño fuera, pero principalmente  fueron los que en ella vivieron, señores de la alta burguesía  de San Petersburgo.  Acompañando a la anciana señora hay dos personajes entrañables, Tijon, el cartero, y Mániushka, una rústica aldeana que la atiende amorosamente. En suma, historia triste, con final edificante. 
Las otras dos historias que me impresionaron se circunscriben ambas a situaciones de contexto propio de la Rusia soviética “La víbora” protagonizada por una mujer que para sobrevivir se ha revestido de una coraza de  varonil aspecto tras la cual se oculta una muy sensible mujer. Ella es diferente, no sólo por su aspecto  sino por su carácter y comportamiento. El mensaje que nos da esta historia  es la hipocresía de algunos y del sempiterno  recurso del uso de la mentira y la difamación del contrario o adversario para destruirles.   Y en cuanto a “El Conde de Mediterráneo” es un relato “gracioso”. Cuya gracia radica en cómo, finalmente, el constantemente burlado, es decir, objeto de las risas de “tres graciosos”, se burla y ríe de los tres. Los  enfrenta y pone de manifiesto que son todos unos falsos como falso lo que dicen querer ser, cuya ambición personal finalmente les delata. Buena moraleja.

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(*)Principalmente al lector  español de los años 70 del pasado siglo XX, en (1) la España de los últimos años de la dictadura de Franco( fallecido en noviembre de 1975),  frente a la Rusia soviética en su plenitud expansiva del comunismo ateo, pues aún faltaban unos cuantos días para la caída del Muro de Berlín ( noviembre de 1989).

(2) Quiero resaltar algunos detalles biográficos  de los dos  españoles, Laín Entralgo y Vidal, intervinientes en esta antología, que han llamado mi atención, singularidades referidas en un comentario anterior titulado "Traductores". Estos dos escritores permanecieron muchos años  exiliados tras la Guerra Civil Española en  la Unión Soviética, sociedad en la que al parecer se habían integrado  hasta el punto, - para mí superior- de poder  ejercer la docencia en universidades de aquel país y régimen. Los  dos, sin embargo,  regresaron a España en 1957, donde, según he leído,  sólo pudieron dedicarse oficialmente  a la traducción. En el caso concreto de Laín Entralgo, según http://www.filosofia.org/ave/001/a411.htm  “vertió a la lengua importantes obras de filosofía marxista-leninista, como la Historia de la Filosofía (История философии, seis volúmenes, 1957-1961) dirigida por Miguel Alejandro Dynnik (Михаил Александрович Дынник, 1896-1971), editada en español por Grijalbo (Historia de la Filosofía, desde la antigüedad hasta nuestros días, México 1960-1962, 7 volúmenes), en versión que firmó junto con Adolfo Sánchez Vázquez, y el Compendio de Historia de la Filosofía (Краткий очерк истории философии, dirigido por Miguel Trifonovich Iovchuk en 1960), a partir de la segunda edición, Moscú 1967 (que publicó Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1969, 2 tomos). .., estas dos obras las tradujo en Madrid, desde el interiorde la España de FrancoFormó parte de aquel equipo que, mediado el siglo XX, se organizó en la URSS para traducir directamente del ruso al español, junto con Augusto Vidal Roget (1909-1976), Arnaldo Azzati (1913-1986), Lydia Kúper (1914-2011) e Isabel Vicente Esteban (1918-2005), entre otros.”


(3) Leningrado, la San Petersburgo zarista. En la actualidad vuelve de nuevo a llamarse “San Petersburgo”, la segunda ciudad de Rusia después de Moscú.





miércoles, 7 de septiembre de 2016

Narraciones, Antón P. Chéjov(Traducidas por José Laín Entralgo)


Diez son las narraciones que componen la selección de obras de Anton P. Chéjov , editada por Salvat , año 1970Libro 44, de la Colección Biblioteca Básica Salvat de Libros RTV. Prólogo, selección y traducción del ruso por José Laín Entralgo. (1) De las cuales sólo leí las cinco primeras. Cuando estaba leyendo  el tercer relato, “Un asesinato”,  entonces ya,  estuve a punto de interrumpir la lectura  del libro,  porque me desagradaban la sordidez  de ambientes y conflictos planteados, así como de los  personajes descritos. Estos últimos, en su mayoría, seres egoístas, envidiosos, alcoholizados, violentos, fanáticos religiosos,  y  en suma, indolentes ante el dolor ajeno, e incapaces de ponerse en el lugar del otro.  Con la particularidad adicional que los pocos de estos personajes que no se ajustaban a los  sombríos perfiles anteriores,  terminaban perdiendo la razón  o muertos. En fin, desenlaces deprimentes, al menos para mi gusto. Prefiero las historias edificantes y más si tienen un si no feliz, sí esperanzador final.  

Comentaré, pues, las que más me impresionaron, entre las cuales se halla "La sala número Seis", la primera de las citadas diez narraciones que constituyen esta selección. Una novela corta; su protagonista es un médico sin vocación, director desde hace veinte años de un hospital  general de una apartada población. Establecimiento en el que imperan la desidia y la corrupción,  tanto  institucional como funcional,  que cuenta con un pabellón destinado a los enfermos mentales, la Sala 6. Entre los enfermos allí internos destaca  Iván Dmítrich Grómov,  que es definido como "un desordenado revoltijo de cosas viejas, pero no caducas" porque habla y cavila acerca de temas universales  como  son, por ejemplo,  " la vileza humana", " la violencia que pisotea la justicia", " la fe esperanzadora en  una hermosa vida que con el tiempo reinará en la tierra, o “la cerrazón y crueldad de los opresores". Me resultó un bello personaje. Se le describe como un funcionario de juzgados, lector empedernido que lee todo lo que le cae en sus manos, de noble corazón y muy inclinado a favorecer al pobre y desvalido. Ser que de modo brusco vio cambiada su existencia, pasando de bien, cómoda y apacible a la repentina ruina y pérdida de uno de sus seres más próximo y querido. 

El reparto de esta novela se completa con unos personajes, todos, absolutamente todos, muy sórdidos, incluido el propio protagonista, el Doctor Andrei Efímich Raguin. Tanto como la sordidez de sus vidas, y  del  hospital con su pabellón donde están recluidos los enfermos, bajo la custodia del feroz e inhumano Nikita.

 Me resultó una lectura deprimente. Sufres.

Seguidamente copio y pego, algunos de los párrafos dedicados a la semblanza del personaje Iván Dmítrich Grómov, a fin de poder apreciar su belleza espiritual y elevada condición moral:
Hablaba con voz de tenor, alta y apasionada, descontenta e indignada, o con entusiasmo y asombro, y siempre era sincero. Cualquiera que fuese el tema, siempre llegaba a una conclusión: la vida en la ciudad era agobiante y aburrida; la sociedad carecía de intereses elevados; era una vida absurda y oscura en la que los únicos elementos que contribuían a darle variedad eran la violencia, la grosera corrupción y la hipocresía. Los miserables estaban hartos y bien vestidos, mientras que los hombres honrados se alimentaban de migajas. Hacían falta escuelas, un periódico local con una orientación honesta, un teatro, conferencias públicas, cohesión de los intelectuales. En sus juicios sobre la gente empleaba grandes pinceladas de blanco y negro, sin admitir ningún otro matiz: la humanidad se dividía, para él, en honrados y canallas, sin nada intermedio. (...)Su innata delicadeza, su espíritu servicial, su decoro y pureza moral, su raída levita, su aspecto enfermizo y sus desgracias familiares despertaban un sentimiento bueno, cariñoso y triste; además, era culto y había leído mucho, lo creían al tanto de todo y en la ciudad era a modo de un viviente diccionario de consulta. Leía muchísimo. Se pasaba largas horas en el club, acariciándose nervioso la barbita y hojeando revistas y libros; por la cara se veía que no leía, sino que devoraba, sin tiempo casi de masticar. Hay que suponer que la lectura era para él una costumbre morbosa, puesto que se lanzaba con igual avidez sobre todo lo que le venía a mano, hasta sobre periódicos y calendarios de años anteriores. En casa siempre leía tumbado.(…) 

La tercera de las narraciones “Un asesinato”, se desarrolla dentro de un contexto de personajes embrutecidos que actúan arrastrados por sus desenfrenadas pasiones e intereses personales,  o de  religiosidad falsa con estrechos requerimientos morales a los otros mientras que para consigo mismo se es laxo, pero que muy laxo.   Estas últimas características están encarnadas en un personaje de elevada soberbia   que hace una muy particular y compleja  interpretación de los mandatos evangélicos; muy alejada- según creo -  de su simplicidad real ,   que tal como señaló Jesucristo, se sintetizan   en amar a Dios con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo, y cuya práctica habitual implica ser  misericordiosos, humildes,  bondadosos  y, en resumen, desear y hacer a los demás lo mismo que  para nosotros.  

La cuarta de las narraciones,”Kashtanka”,  me agradó;  tiene como protagonista a un perro que se pierde y es recogido por un nuevo amo. Persona ésta que quiere  a los animales  y con cariño  les cuida y alimenta, a la vez que los adiestra para utilizarlos  en su negocio.   Una bonita historia que compensa en parte  la sensación angustiosa creada por  la sordidez general de los personajes y los ambientes descritos por las tres primeras historias, “La sala número seis", “Vecinos” y “Un asesinato”.

Tras la lectura de la quinta de las narraciones, “Ladrones”, comprendida dentro de la misma siniestra línea argumental antes citada, decidí por cambiar a otro libro.

 ¡Cuán, puff,  negros , grises y  fríos los cuadros aquí pintados por Chéjov! (2)
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(1)   José Laín Entralgo,  hermano de Pedro Laín Entralgo. Estuvo exiliado en la URSS durante más de veinte años. Regresó en 1957 y se dedicó a la traducción.  Reproduzco(copio y pego ) texto publicado  por  www.avempace.com/file.../2470/JOSÉ+LAÍN+ENTRALGO,+traductor+del+ruso.pdf



José Laín , fundador de las Juventudes Socialistas Unificadas, estudió Derecho en la Universidad de Madrid y se afilió al Partido Comunista durante la guerra. Cuando el 13 de marzo de 1938, entraron en Urrea las tropas navarras del Frente Nacional procedentes de Belchite, al no hallar al “rojo” José Laín, por entonces en el frente de guerra, se enseñaron con su mujer, duramente represaliada, aunque finalmente pudo reunirse en el extranjero con su marido. Los bienes de la familia fueron incautados. Al terminar la guerra, José y su familia se marcharon a Argel y a la U.R.S.S., apartándose cada vez más de la vida política (según se ha escrito, quizá porque iba perdiendo la confianza de los dirigentes comunistas a causa de su hermano Pedro, conocido falangista). Lo cierto es que volvió a España y murió poco después, en 1972 . Pedro y José, como los hermanos Manuel y Antonio Machado, como otras muchas familias españolas de los años treinta y cuarenta, representan perfectamente el drama de una guerra mal llamada “civil” que partió en dos a un país, sembrado de cainismos fratricidas. Los hermanos Laín Entralgo representan también ese anhelo de reencuentro, de amor fraterno nunca roto por las divergencias ideológicas que los separaban. Un ejemplo más de don Pedro y la recta familia en la que nació y con la que vivió en sus primeros años de aprendizaje. *

(2) Ha llamado mi atención que según leí en biografiasyvidas.com, los primeros escritos de Chéjov se caracterizaron por el  tono humorístico. Lo cual me lleva a pensar que he tenido mala suerte, porque de las cinco leídas, ninguna podía encajarse bajo esta denominación. Ni tan siquiera la protagonizada por el perro.  En otra ocasión, D.M.,  retomaré este libro  RTV 44 y leeré  las otras cinco narraciones (Cirugía, El camaleón, La boticaria, Una corista, y Zinochka”) con las que ahora no he querido( o más bien podido) continuar.
                                                         



lunes, 29 de agosto de 2016

Los Bravos, Jesús Fernández Santos,

Los BravosJesús Fernández Santos, libro RTV, 96, Biblioteca Básica Salvat, Salvat Editores-Alianza Editorial, 1971. Prólogo de Carmen Martín Gaite.  Libro que siguió al “Cuaderno Gris”, cuya lectura interrumpí  hacia la página 150, como ya señalé en el comentario que dediqué  a esta obra de Plá.  

“Los Bravos” es una sencilla historia cuya trama argumental nos retrotrae a los años inmediatos al fin de la Guerra Civil  española del 36, y nos sitúa en un paraje de la zona montañosa de León, (*) colindante a la de Asturias. No hay un protagonista único o concreto, porque los son todos los moradores del pequeño pueblo (aldea). Lo que allí se describe o cuenta es la  miseria de muchos. De su pobreza material, pero principalmente,  de espíritu. Mal viven, subsisten… Un mundo, en suma, marcado por la mezquindad, machista, duro y  muy estrecho, tanto como las miras de los seres que lo habitan, que ni tan siquiera les afana la idea de cambiar las cosas. Sólo dos de los miembros de este particular páramo humano presentarán resistencia a vegetar como los demás: el médico, foráneo de superior formación; y, José,  el que lleva el taxi, que aspira a probar fortuna en la gran ciudad, y siempre que ésta le haya bendecido, regresar a su pueblo sólo por vacaciones. El papel de las mujeres  queda relegado  a testimonio de  las duras condiciones  de sus vidas, dedicadas por entero a trabajar, en los menesteres propios del hogar y en el cuidado y atención entregada de los suyos y también en el campo, tal como si de un hombre más se tratase.  La rudeza del páramo humano va en línea con los tan  abruptos como bellos parajes de la montaña leonesa - asturiana descrita en la novela.

Cavilaba yo, pues,  acerca del título “Los bravos” impuesto por el autor a su obra, porque yo  interpretaba “bravos” como sinónimo de  valientes o audaces,  no recordaba – sin embargo - acción o anécdota colectiva de la narración,  que pudiera ser digna de este calificativo en plural.  Y sí una , digna de calificativo bien  contrario. Cavilación que me hubiese ahorrado, si antes hubiese cogido el diccionario y leído todas las  acepciones del  término “bravo”,  entre ellas: “inculto, silvestre”, o “enojados, irritados, enfadados”.  

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(*) Según leí en Wikipedia, Juan, Fernández Santos mantuvo  un vínculo estrecho tanto con el pueblo leonés de Cerulleda, donde había nacido su padre, como con el resto de la provincia leonesa.




viernes, 19 de agosto de 2016

El cuaderno gris, de Josep Plá

El pasado julio empecé a leer “El cuaderno gris”, de Josep  Plá, Unidad Editorial, 1999, Colección Millenium, las 100 joyas del milenio, núm.40,  con prólogo de Carmen Rigalt. Título original en catalán “El quaderm gris”, traducción de Dionisio Ridruejo y Gloria Ros.


Libro de casi seiscientas páginas en el que a modo de diario están plasmados, entre las fechas del  8 de marzo de 1918(1) y el 15 de noviembre de 1920, los  recuerdos y  las particulares impresiones de un muy joven Josep Plá, veintiún años,  sobre diversidad de cuestiones  como la sardana, los ampurdaneses, la lengua catalana, el matrimonio, y un largo etcétera. Pues muchas  y variadas son las materias por él allí abordadas. Juicios expresados a través de narraciones breves sobre sus familiares, paternos y maternos, de sus vecinos y de otros personajes de Palafrugell o  sus cercanías. También ofrece sus evaluaciones sobre obras y/o autores entonces en boga, entre los que  predominan los de origen catalán, o relacionados con Cataluña, como Eugeni D’Ors, Carner, Sagarra, Verdaguer, por citar algunos. Sin olvidar las historietas contadas protagonizadas por algún que otro personaje propio del lugar, y las entrañables descripciones de los hermosos parajes mediterráneos del Bajo Ampurdán (Baix Empordà) en los que Plá tuvo la gracia de nacer y vivir, y, además, vivir bien, dada la buena posición familiar.   Particularmente estas descripciones e historias, son las partes del libro que más me han gustado.  ¡Y mucho!



 Lectura que- no obstante-  decidí interrumpir. Me hallaba entonces en la pág.158, finalizado  el relato del 22 de agosto, que describe los amores entre” la Conxeta”  y “el Martí”, dos jóvenes de familias barcelonesas, veraneantes en Calella de Palafrugell.  Amores que culminaron- según cuenta Plá-  en un formal matrimonio luego de unos cuantos años de relaciones. Historia simple y sosa, utilizada por el  escritor- pienso- para expresar sus particulares ideas  sobre el papel real que a su muy particular modo de ver desempeñan las féminas en las relaciones amorosas. 

Pero esta historieta  a mí  me llevó a la personal reflexión sobre la en demasía particularidad de las opiniones y del limitado contorno del universo descrito por Plá, - al menos hasta aquel momento de mi lectura-    circunscrito a los suyos y a su más inmediato hábitat: Mi familia, mi pueblo,  la camarilla, el médico, el cura… , mi pueblo, Catalunya,  mis lecturas, mi… mis….mío… Un mundo, en suma, para mi gusto, estrecho. Y llegué  a la misma  conclusión que cuando hace ya unos cuantos años atrás, leí dos de sus narraciones cortas (2),  en el sentido que Josep Plá era tan particular como  aquel patio cantado por la vieja canción de corro “El patio de mi casa, pero    que, al fin y al cabo, “cuando llueve  se moja como los demás”.

Más adelante, D.M., continuaré su lectura.

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(1) Fecha en la que Josep Plá cumplía 21   años, entonces  mayoría de edad.

(2) Las dos narraciones son: “Un viaje frustrado” y “Contrabando”, con cuya lectura disfruté mucho y guardo un grato recuerdo.  


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