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domingo, 13 de noviembre de 2022

Las tierras flacas, Agustín Yáñez (El juicio),

(*)Seguidamente, reproduzco esta antigua entrada, originalmente publicada en leyendo_periódicos, por entenderla también idónea para este blog relacionado con mis reflexiones personales sobre libros leídos y sus autores.


 

lunes, 21 de abril de 2008

Pinochet, el juicio, diciembre 12, 2006

Pinochet, murió “sin haber sido legalmente condenado por un tribunal humano”, alegato de los muchos detractores del ex dictador chileno. 

Luego de leer esta noticia, ha venido a mi cabeza "Las tierras flacas", novela del mejicano Agustín Yáñez y de su personaje don Epifanio Trujillo, muerto de repente, durante la hora de la siesta. Sujeto que de la nada, pues arriero fue en sus comienzos, termina convertido en patriarca y amo absoluto del lugar. 

De este libro, uno de los capítulos más interesantes fue el titulado "El juicio". A mí, concretamente, uno de los trozos que más me gustó fue el dedicado a los descargos que don Epifanio hacía en su defensa ante el supremo tribunal de Dios. Una larga y detallada lista porque muchos son los cargos en su contra. Pero, curiosamente, el patriarca sabe, o al menos lo intenta, justificarse delante de Dios con argumentos y razones bastantes convincentes, al menos desde un punto de vista muy humano.

Ello me lleva a la siguiente conclusión: Para nosotros, los comunes mortales, esto de juzgar a los demás es tarea harto difícil, porque la objetividad fruto del conocimiento exhaustivo de hechos y circunstancias no es moneda ordinaria en ninguna parte del mundo.

miércoles, 16 de junio de 2021

Las tierras flacas, de Agustín Yáñez.

Las tierras flacas, de Agustín Yáñez.(*) Libro RTV 74, Biblioteca Básica Salvat, 1970. Prólogo de Manuel Andújar.


Es la tercera vez que leo esta espléndida novela del escritor mexicano, Agustín Yáñez, hombre de letras que también ejerció de político y de gobernante, la escribió en los sesenta del pasado siglo XX. La trama aunque conocida logró entusiasmarme de nuevo. Y volver a disfrutar con la sencillez de los personajes, de sus conflictos, de sus reacciones, de las enseñanzas y de los dichos,  ¡cuán numerosos y qué sabios!

Son sus personajes principales el campesino Rómulo, su mujer Merced y su hija, Teófila, junto con la simpar Matiana y Don Epifanio y sus bastardos entre los que destacan  Felipe, Jesusito , Plácida y Miguel Arcángel/Jacob Gallo.

La trama nos describe el atraso y la miseria en  que las ambiciones desmedidas de unos seres sin escrúpulos, unidas a la inacción  de los lugareños,  han llevado a una región. Conflicto que  Yáñez escenificó en un recóndito lugar del Llano de Jalisco (México), en los años posteriores a la Revolución Mexicana. Cuyas gentes viven de las labores agrícolas y ganaderas,en  muy duras condiciones de vida.   Personas humildes y, en su mayoría, analfabeta. No hay médico, ni curas, ni policías, ni diversiones salvo los festejos relacionados con los ritos y tradiciones religiosos tales como las pastorelas de Navidad. 

Situación , no obstante, que puede ser extensible a cualquier otro lugar del mundo, pues nos habla de cómo sus gentes, en lugar de enfrentarse a los que los avasallan, están inhibidos a la espera de  la llegada  de un “salvador” que les saque de tan difícil situación.

En este apartado paraje del mundo señorea Epifanio Trujillo, un mujeriego tipejo, progenitor de numerosos bastardos habidos con innumerables mujeres del entorno. Individuo que de la nada, gracias a su falta de honradez y de escrúpulos junto a una avaricia desmedida,  ha logrado convertirse  en avasallador amo y señor  del lugar.

De sus muchos bastardos, que son inconfundibles para las gentes del lugar por sus comunes y singulares modos de ser y principalmente de  hacer,   tienen capital protagonismo en la novela: Felipe, Jesusito, Plácida, y “Miguel Arcángel/Jacob Gallo”, en quien  el viejo patriarca, creyó tener al  sucesor de su feudo pues reunía dos cualidades para él importantes: fuerza y maña.

Tras esta última lectura han surgido  personajes y cuestiones que antes me pasaron desapercibidas. Entre ellas la figura de Teódulo(1) Garabito, el cabal campesino abuelo de Rómulo, y anterior propietario de la hacienda y tierras en poder del  voluptuoso vejete.

Otro de los aspectos antes pasado por alto fue la condición de inferioridad de la mujer  reflejado en la novela a través de distintos  personajes como Mercé( 1) y Teófila, esposa e hija de Rómulo, Plácida, hija de Don Epifanio, la infeliz Amandita, Sara Gallo, Florentina Sánchez, y la simpar Matiana. ¡Qué gran personaje! Es un mundo de hombres. Más que de hombres, para “machos”. Me resultó especialmente insultante, no sé si el término es el más ajustable, las condiciones establecidas por el Pifas en su plan patriarcal  para el reconocimiento y mantenimiento de las criaturas engendradas, en el que se reservaba la posesión absoluta de la patria potestad. Se refiere que lo quitaba a la madre natural y lo daba a otra. Y, lo más asombroso, todas, pobres mujeres, lo aceptaban. Evidencia, sin duda, del grado de indefensión, ignorancia y pobreza de la mujer en aquella zona del mundo.

Y por último la cobardía de las gentes expuestas magistralmente en el capítulo “Jerusalén. El regreso de Miguel Arcángel, “dedicado a  la pastorela del día de Navidad en la hacienda de Don Epifanio. Pasaje soberbio . Soberbio porque impacta en primer lugar la realización de la villanía ideada por uno de los bastardos de cobrar a los feriantes, algo inédito hasta entonces. De la reacción de los feriantes y de cómo son maltratados y finalmente desprestigiadas y estropeadas sus mercancías. Pero lo más impresionante es la cobardía de las gentes, de todo el pueblo allí congregado, cuya reacción en contra  hubiese evitado el escandaloso abuso . 

De mis lecturas anteriores hay  unos cuantos comentarios sobre aquellos aspectos de esta singular novela que entonces despertaron mi interés , (*) a los cuales me remito y que detallo seguidamente:

https://silvialeyendo.blogspot.com/2008/03/las-tierras-flacas-de-agustn-yez.html

Esta interesante novela fue escrita por el mexicano Agustín Yáñez en 1962. La edición por mí leída es de Biblioteca Básica Salvat de Libros RTV, número 74, de 1970. Prólogo de Manuel Andújar. La leí por primera vez hace unos diez años. Me…

https://silvialeyendo.blogspot.com/2008/03/las-tierras-flacas-de-la-suerte-y-de-la.html

Regreso al personaje de ficción don Epifanio y a su pliego de descargos ante el Tribunal Supremo de Dios, en los momentos inmediatos a su muerte física, rodeado por mujeres que suplican, con sus rezos e invocaciones, el perdón para aquella alma

https://silvialeyendo.blogspot.com/2008/03/los-trujillo-de-las-tierras-flacas.html

Lo primero que hay que aclarar es que Trujillo es el apellido del mujeriego Don Epifanio, "el Pifas", padre de numerosísimos bastardos habidos también con numerosas mujeres, tan variadas como las flores de la zona rural de México, en donde…

https://silvialeyendo.blogspot.com/2008/03/las-tierras-flacas-matiana.html

La hechicera Matiana, la "Madre Matiana", como es denominada muchas veces a lo largo de la novela es, en mi opinión, el más singular de todos los personajes descritos. La posible metáfora en ella encarnada es también la más difícil …

https://silvialeyendo.blogspot.com/2008/03/las-tierras-flacas-el-alma-humana.html

https://silvialeyendo.blogspot.com/2015/02/la-doblez-en-politica-de-las-tierras.html

Este comentario va dedicado al personaje de “Miguel Arcángel Trujillo / Jacob(*) Gallo”, los dos nombres  o identidades con los que es conocido en la novela el mismo personaje, un sujeto especial entre

https://silvialeyendo.blogspot.com/p/agustin-yanez.html

 

 

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(*) https://colnal.mx/integrantes/agustin-yanez/

(1)Teódulo: La palabra "Teódulo" viene del griego Thedoulos y significa "Esclavo de Dios, nombre propio". Sus componentes léxicos son: theos (dios) y doylos (esclavo). Ver: otras raíces griegas, teología, teodolito y también dulía.

Merced. Nombre femenino. Gracia o favor, especialmente concedidos por Dios o por un soberano.

domingo, 4 de agosto de 2019

Al filo del agua, de Agustín Yáñez

Al filo del agua”, (1) de Agustín Yáñez, Editorial Porrúa, México, 1971. 11ªedición. Colección de Escritores Mexicanos. Nº 72. Prólogo de Antonio Castro Leal.

 “Al filo del agua”, según nos aclara el propio autor al comienzo de la obra, es  una expresión campesina mexicana  que en sentido figurado significa  “la inminencia o el principio de un suceso”.

La novela fue publicada en  1947. La acción se desarrolla  en un      muy sombrío pueblo del Bajío de México donde la agricultura es su principal actividad económica y hay muchos usureros. Es ficticio. Yáñez lo describe  así: “Pueblo de perpetua  cuaresma, sin fiestas, seco, sin árboles ni huertos, cerrado, conventual,  solemne, de mujeres enlutadas, con la limpieza como nota de vida y el sol de alegría”. Sus principales conmemoraciones y fiestas locales son las religiosas. Este tristísimo poblado es para Castro Leal, (3), según señala en su prólogo, el protagonista. No coincido con Castro Leal. Para mí el protagonista indiscutible de esta narración es el párroco don Dionisio, eje de esta  trama. ¡Muy enrevesada por cierto!

Al igual que en “Las Tierras Flacas”, novela  leída hace ya unos cuantos años, el autor evidencia un conocimiento profundo de la Fe Católica, de su liturgia,  de las solemnidades, de los ritos, del santoral, y del ministerio sacerdotal. (**) Conocimientos que magistralmente utiliza como    guión y fondo de los acontecimientos allí contados, aunado todo ello al crucial papel asignado a  tres de los personajes eclesiásticos, pero en especial  al párroco, el ya citado don Dionisio, foco central de esta historia. Ya que alrededor suyo, tanto a su hacer como al de los otros sacerdotes a sus órdenes, a sus sobrinas, Marta y María,(*) y a Gabriel, (*)cuyo grado de parentesco con el cura no está claro,  es construida y desarrollada toda la trama  de la obra que concluye en los momentos históricos de la subida al poder de Madero , con el fin de la dictadura de Porfirio Díaz,e inicio de la Revolución Mexicana. (2)  


Convulsiva época de aquel país, México, cuya realidad social, política, económica y religiosa,  Yáñez plasmó , en especial la de los pueblos de la zona rural de Jalisco,  en su novela,  para así- estimo- denunciar  la práctica de un sacerdocio centrado en el cumplimiento de los mandamientos 5,6 y 9 del Decálogo, pero olvidado de la síntesis o resumen del mismo que El Salvador, Nuestro Señor Jesucristo, nos dio: “Amarás a Dios, y a tu prójimo como a ti mismo”(***)  Y, consecuentemente, alejado de perseguir y corregir otras tan o más graves infracciones del ordenamiento divino como son , por ejemplo, la avaricia o los abusos y excesos de los ricos y de los poderosos del lugar, de fatales consecuencias para el bien común general. Panorama  real y  ordinario, al parecer, en amplias zonas rurales del México de principios del siglo  XX.

 Esta novela también cumple el papel de testimonio del triste papel asignado a la mujer en aquella sociedad. Relegada a un muy secundario plano, sin voluntad ni decisión propia, y  sometida, siempre, al capricho o tutelaje de los hombres de la familia en sumisa aceptación. Primero al padre y a los  hermanos varones, y luego, al marido. Escasa formación y conocimientos.  Perennemente enlutadas y,  en casi todas, un sentimiento arraigado de frustración. Circunstancias éstas espléndidamente esbozadas  a través de cinco de los personajes femeninos, (5) para mí, claves, que son: las hermanas “Marta y María”, la coqueta “Micaela”, la frustrada “Merceditas Toledo”, y  “Victoria”, la seductora forastera.

Un muy triste cuadro, en fin, el dibujado por Agustín Yáñez para la fémina de aquellas zonas rurales de México. Iniquidad ampliamente consentida, incluso por los ministros de la secular Iglesia Católica. En uno de cuyos miembros, el Padre Islas, el Director de las Hijas de María, en aquel recóndito lugar del mundo, tenía, al más terco guardián  para preservar el inicuo orden establecido contra las mujeres. 

La huida hacia el Norte, hacia los Estados Unidos de Norteamérica, de la población en búsqueda afanosa por mejorar sus condiciones de vida, es otra de las cuestiones abordadas por el universal escritor mexicano en su novela. Teniendo en Damián Limón al personaje representativo. Novela, resalto , escrita a mediados del pasado siglo XX.

Me gustó, pero la lectura de algunos de los capítulos se me hizo farragosa.


 La novela se inicia  en marzo de 1909, con la preparación y la subsiguiente descripción, bastante pormenorizada,  de los ejercicios espirituales (4) cuaresmales, con -  cabe ser señalado-  sólo la parte masculina de la población (¡¡¡!!!).  Y  se cierra en un día de noviembre de 1910,  tras el paso por el pueblo, la noche anterior,  de los sublevados a favor de Madero, con el cuadro- ¡tristísimo cuadro! - de un muy   apesadumbrado padre Dionisio, consciente de su fracaso como pastor de almas:
 – “¡ Miserable pastor que se ha dejado robar las ovejas! ¡Miserable pastor que ha dejado rodar las canicas y no ha podido enderezarles el camino!-  que, como todos los días inicia la primera misa:
“Introibo ad altare Dei…
Ad Deun qui laetificat juventutem meam…
Judica me, Deus, et discerne causam meam de gente non sancta:ab homine iniquo et doloso erue me…”


______________

(1) Compré esta novela en un mercadillo de ocasión, hace ya unos cuantos años.Había leído “Las tierras flacas” y conocía la existencia de esta obra, al parecer, una de las más significativas de Yáñez. Inicié su lectura antes de “Los tres Evangelistas”,  pero la dejé porque me pareció densa y hasta plomiza. Sin embargo, después la retomé y la leí, con franco interés, hasta el final.


(3) Castro Leal señala en el prólogo que la novela “es una serie de cuadros de la vida triste, conventual, hipócrita, estrecha y sombría de un pueblo del Bajío en que el cura, el jefe político y las principales familias mantienen la vida de la comunidad dentro de convenciones y conveniencias que, sin beneficiar a nadie, no hacen tampoco la felicidad de ninguno. Uno de tantos pueblos perdidos en los valles y las serranías de la República(México), una religión hecha de supersticiones y una moral erizada de tabús no han dejado entrar ni la cultura ni la verdad, ni siquiera la vida con su limpia y gozosa alegría” Y más adelante añade que “el libro viene a ser, sin proponérselo, la representación de un caso clínico en el campo de la sociología”(…)El protagonista de la novela es ese pueblo católico e introvertido que va pintando el autor…obra literaria que puede considerarse un verdadero documento…”

(4) Ejercicios de encierro. Capítulo en el que se describen el cómo de los  ejercicios espirituales practicados para los hombres en aquella parroquia.
(5) Personajes femeninos: Detallo enlace con la entrada del blog http://yelcomicparaque.blogspot.com/2008/06/transgresin-y-conservadurismo-en-al_14.html, acerca del papel asignado a las mujeres por Yáñez en su novela. Una interesante hipótesis. Extraigo y resalto uno de los párrafos:
“Para exponer cómo es que la mujer deconstruye al poder me enfocaré en tres de ellas, quienes definen y abarcan las formas de reaccionar ante la opresión: Micaela, la coqueta; Merceditas Toledo, celadora de la doctrina de la congregación de las hijas de María; y María, sobrina de Don Dionisio, la revolucionaria.
[1] Esto demuestra incluso que aborrece a su institución ya que el matrimonio es lo más sagrado que existe en la Iglesia católica.
[2] “Regulares las hiladas de los muros…”; “bien barridas las calles”; “Enjalbegadas las casas y ninguna, ni en las orillas, ruinosa” en Agustín Yáñez, Al filo del agua, Pág.4; Esta descripción parece más la de una prisión que la de un pueblo; analogía acaso exacta: el poder del Padre retiene prisioneros a sus feligreses.
[3] “Los deseos, los ávidos deseos, los deseos pálidos y el miedo, los miedos, rechinan en las cerraduras de las puertas, en los goznes resecos de las ventanas” en Agustín Yáñez, Al filo del agua, Pág. 7
[4] El padre Islas cree que a través del celo extremo de los cuidados y ejercicios religiosos el pueblo alcanzará un estatuto de pureza. Pero nunca se da cuenta que por este mismo celo intransigente los individuos se sienten ahogados al perder su libertad de expresión.”



(*) Marta y María, las dos hermanas de Lázaro. Y al igual que ellas, la una muy hacendosa y la otra amorosa e inquieta.
(*) Gabriel (“la fuerza de Dios” o “hombre de Dios”). Gabriel es un nombre bíblico ya que, junto a Miguel y Rafael, es uno de los tres arcángeles de la Biblia, cuya misión consistía en ser mensajeros de Dios. Según la religión católica, Gabriel fue quien anunció a la Virgen María el nacimiento de Jesús.
(**) Sacerdocio cristiano superior al levítico: Mediador entre Dios y la criatura humana, "tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere (...)para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad(...) y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón(Hebreos 5,1-4)
(***)Los Diez Mandamientos: Según se enseña en el Compendio del Catecismo de la Iglesia católica​ los Diez Mandamientos en su fórmula catequética son:
1.   Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2.   No tomarás el nombre de Dios en vano.
3.   Santificarás las fiestas.
4.   Honrarás a tu padre y a tu madre.
5.   No matarás.
6.   No cometerás actos impuros.
7.   No robarás.
8.   No darás falsos testimonios ni mentirás.
9.   No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10. No codiciarás los bienes ajenos.
El catecismo católico, citando el Evangelio de Mateo (Mt 22;37-40) añade: «Estos Diez Mandamientos se encierran en dos; amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo».





martes, 10 de febrero de 2015

Las tierras flacas, (Jacob Gallo/Miguel Arcángel Trujillo)


Barcelona - Basilica de la Merced 19.jpgEste comentario va dedicado al personaje de “Miguel Arcángel Trujillo / Jacob(*) Gallo”, los dos nombres  o identidades con los que es conocido en la novela el mismo personaje, un sujeto especial entre los suyos, “los Trujillos”, porque es uno de los numerosos hijos del Pifas, el mujeriego patriarca, en el que vio cumplidas " la fuerza y la maña, juntas: la fuerza bruta y la soterrada", cualidades que al parecer de su progenitor le hacían el más apropiado y digno para sucederle en la jefatura de la heredad por él creada.

En Miguel Arcángel o Jacob Gallo, el autor, según creo, personificó la doblez o la imagen falsa que ofrecen ante sus congéneres , no todos pero si algunos gobernantes y políticos-independientemente de la ideología que digan representar-
y bajo la cual ocultan su única y primordial intención y objeto de su interés, que es el control único y absoluto del poder del colectivo o sociedad en la que participan.


En su novela,Yáñez nos da ocasión de razonar que éste, en apariencias distinto elemento del mismo clan, Miguel Arcángel, (¿Quién como Dios? y Jefe de los Ejércitos Celestiales )’ fue así denominado, es decir, se le impuso este nombre , al ser considerado por su perverso padre el mejor y más idóneo entre sus hermanos; y por tanto es el peor de todos ellos, para el resto de aquella comunidad.

Este personaje es descrito, en el ámbito de los negocios privados,  como  afanoso individuo, buscador de  tesoros ajenos ocultos,  quien a la par que los encuentra se los apropia. 

Y en el ámbito público, como político audaz  y gran manipulador que sabe conquistar a las masas. Gobernante  de los que en lugar de frustrar las insurrecciones, no hace nada con el fin de   luego reprimirlas con contundencia y aprovechar la ocasión para, eliminar todo posible contrincante e inoportunos testimonios. Es decir, sin remilgos ni escrúpulos utilizará a su conveniencia el poder y la fuerza para aparentemente "devolver" el orden a una sociedad civil, a la cual, de modo artero, antes se le ha  obligado a precipitarse por los cauces del desorden y la insubordinación como respuesta a una constante injusticia social cargada de abusos y atropellos sobre los más débiles. ¡Cuán parecido a la realidad!

Mi admiración y  alabanza por la obra de Agustín Yáñez  va en  aumento, según leo o releo párrafos y capítulos que me llevan a reflexiones como la más arriba expuesta. ¡Qué conocimiento  del ser humano y dominio en transmitir ese saber!

Este comentario es antiguo, pero no sé por qué no lo publiqué en su momento.
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(*) Jacob, el mítico patriarca bíblico, que suplantó a su hermano Esaú para en su lugar recibir la bendición paterna.

jueves, 20 de marzo de 2008

Las tierras flacas - El alma humana



Miserere mei, Deus.
[10] Auditui meo dabis gaudium et laetitiam,
et exultabunt ossa humiliata.
Miserere mei, Deus.
[11] Averte faciem tuam a peccatis meis,
et omnes iniquitates meas dele.
 
 
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[10] Darás gozo y alegría a mis oídos
y exultarán los corazones humillados.
¡Oh Dios, apiádate de mí!


Comenté que una de las cosas que más me impresionó de "Las tierras flacas" era el sentido religioso y conocimiento de la Fe Católica recogidas en esta obra. Aspectos bien reflejados en el capítulo de la muerte del potentado patriarca, titulado “El juicio”,  con un Don Epifanio que acaba  sus alegaciones "encandilado" ante la Presencia de Dios Misericordioso y se arrepiente. (pág. 184, penúltimo párrafo).



En esta obra, al igual que en "El Cardenal" de Henry Morton, y en las “Leyendas y Cartas de Bécquer”, el lector halla oraciones, plegarias, alusiones constantes a Dios, a su Misericordia, al alma, a la vida eterna, y, en suma, al ser humano como criatura de Dios y para Dios . Ello me induce a preguntarme si en nuestra moderna sociedad no estaremos olvidando la milagrosa práctica de la oración y de invocar el favor de la intervención Divina.

Creo que ahora, desgraciadamente, en lugar de como antaño los muchos recurríamos a Dios se recurre a la magia, a las hechicerías y otras prácticas zafias, llenas de vividores, de oportunistas y de charlatanes que se aprovechan de las necesidades, de las penas y de la ignorancia ajenas. Y alrededor de los cuales se han montado fantásticos negocios de adivinación, imposición de manos, videncias, etc. etc., que, con total impunidad, proliferan y se anuncian en casi todos los medios de comunicación. Incluso en revistas y publicaciones de contenido relacionado con la salud del cuerpo. ¿Y el alma? – me pregunto - ¿Nos preocupa el alma? Ya cité cómo Bécquer en su leyenda titulada "Miserere" coincidió con Shakespeare en su tragedia "Hamlet, el príncipe de Dinamarca" en abordar la gravedad para el alma de aquellos creyentes cristianos sorprendidos por la muerte  sin  haber  podido reconciliarse con el Creador  mediante el arrepentimiento  de sus culpas. Cuestión que también, pienso, es planteada por Yáñez en "Las tierras flacas" con la muerte súbita del patriarca mujeriego y las posteriores apariciones de su alma en pena procurando cerca de los de su prole la rectificación de sus últimos y más sonoros atropellos, y así poder, al fin, descansar en paz.

Las tierras flacas –Matiana

La hechicera Matiana, la "Madre Matiana", como es denominada muchas veces a lo largo de la novela es, en mi opinión, el más singular de todos los personajes descritos. La posible metáfora en ella encarnada es también la más difícil de interpretar. Por lo menos para mí. Mis escasos conocimientos sobre la cultura y las tradiciones mejicanas, hicieron posible que inicialmente tomara a este personaje como si fuera un ente literario, es decir, un personaje de ficción creado por Yáñez . Cuando, según pude leer más tarde, se trata de un personaje legendario del México rural del siglo XVIII. Hubo una Madre Matiana, mujer de humilde y desconocido origen, que gozó de superior ascendente y estima entre los suyos, muy similar al descrito en la novela. Personaje legendario de quien se dice vaticinó la Revolución Mexicana, la persecución de la Iglesia y de las creencias de la Fe Católica, habidos en aquel país, en el primer tercio del XX.  También leí que Madre Matiana es una de las denominaciones que en México se le da a la muerte.

El múltiple papel asignado a este personaje  en la novela , aumentó mi dificultad para determinar su simbología. En la propia obra se nos dice que en un lugar como aquel, sin sacerdotes, médicos, jueces, ni policías hace o suple papel y funciones de todos estos elementos tan primordiales para cualquier sociedad. Unas veces – se indica -tiene cabeza para adivinar, ensalmar. Otras defender o castigar. Además cura, aconseja, consuela, ayuda a venir y hasta marchar del mundo (comadrona- enterradora). "Es analfabeta pero sabe y ha enseñado a leer en las apariencias de personas, cosas y tratos; a escribir y contar en la memoria...Es el calendario popular...el calendario de su interés... (págs.64 y 65).
No sé, reflexiono que tal vez  sea la conciencia colectiva.(1) Esa que finalmente, los grandes tergiversadores con el fin de sobreponer sus propios intereses sobre los de la comunidad o colectivo, propician cegar, quitarles la visión real de los hechos, tal como en la novela de Yáñez.

(1) Conciencia colectiva: La noción de conciencia colectiva se refiere a las creencias compartidas y a las actitudes morales, que funcionan como una fuerza unificadora dentro de la sociedad. Esta fuerza se encuentra separada y es, generalmente, dominante en comparación con la conciencia individual. Según esta teoría, una sociedad, una nación o un grupo constituyen una entidad que se comporta como un individuo global.(Término acuñado por el sociólogo francés  Durkheim )


 

Los Trujillo de Las Tierras flacas

Lo primero que hay que aclarar es que Trujillo es el apellido del mujeriego Don Epifanio, "el Pifas", padre de numerosísimos bastardos habidos también con numerosas mujeres, tan variadas como las flores de la zona rural de México, en donde se desarrolla la trama de esta historia. Un recóndito lugar, apartado y casi olvidado del resto del mundo, que el autor bautizará como Tierra Santa. En la que igualmente hay una Jerusalén, una Betania - como la de Marta, María y Lázaro, aquellos hermanos amados por el Señor - una Belén, paradójicamente el lugar donde está la sede o Casa Grande de los Trujillo, una Damasco, Tabor, etc.


El Pifas y sus bastardos, los Trujillo, son los que mandan en Tierra Santa. En donde son respetados y temidos, principalmente esto último, por sus atropellos. En mi opinión, los Trujillo aquí descritos representan a la clase dominante de una sociedad cualquiera. Esos pocos, casi siempre unidos por fuertes lazos de parentesco o de intereses comunes; con similares maneras de hacer las cosas que les distingue de los otros, y en cuyas manos el poder económico y político suele concentrar bienes y riquezas. Fortunas, muchas veces de turbio origen, fruto de abusos, explotación y usura.


La trama de la novela nos da dos clases de Trujillo, que podríamos distinguir entre  "malos" y " menos malos "(Porque no me atrevo a calificarlos de buenos) (*). En la obra los malos vienen representados por Felipe," el exprimidor"; Jesusito," el fregaquedito," y Plácida, la "marimandona marimacho". Pienso que los epítetos son suficientemente explícitos de las características de estos sujetos. Los menos malos han cambiado el apellido o denominación de origen, pero sus modos y maneras les hacen inconfundibles para sus congéneres. En la novela están encarnados en Miguel Arcángel Trujillo (luego, Jacob Gallo) y toda su parentela, incluidas  las esposas .
Cuando Yáñez eligió el apellido Trujillo para este clan de explotadores de una comarca, quizás lo hizo pensando en otro explotador sanguinario, muy famoso en aquel otro lado del mar, que fue el dictador Trujillo de Santo Domingo. Puede que sí.


____________ 
(*) 7 de junio de 2014. Al presente, transcurridos ya unos cuantos años de mi última lectura de esta novela de Yáñez,  reflexiono que estos Trujillos que califiqué menos malos puede que en la práctica sean "los peores". ¿ Por qué? Porque sus fines son los mismos que los de sus hermanos, o sea, la apropiación y el  aprovechamiento monopolizado de las riquezas de la comunidad en exclusivo beneficio del clan; pero mientras que a los que denominé "malos" se les conoce, no engañan ya a nadie, a éstos sólo un ojo avizor como el de la curandera Matiana, perspicaz conocedora del alma humana, ve la verdad de las intenciones que ocultan estos siniestros personajes.



Las tierras flacas- De la suerte y de la muerte: el Juicio

Regreso al personaje de ficción don Epifanio y a su pliego de descargos ante el Tribunal Supremo de Dios, en los momentos inmediatos a su muerte física, rodeado por mujeres que suplican , con sus rezos e invocaciones, el perdón para aquella alma pecadora. Un espléndido cuadro pintado por la imaginación de Agustín Yáñez en el capítulo del libro titulado "Babel: El día del juicio”.

Los argumentos de su defensa pueden resumirse en estas frases por mí escogidas:

“Cierto. Así es. Pero yo tenía mi moral con sus principios, según los que creí obrar bien... a ninguna engañé y a todas cumplí...Las hice aprender su catecismo para que luego lo inculcaran a las criaturas...es lo que más me gustaba en el mundo...queriéndolas a montones...no veía cosa mala porque para mí eran hechura de Dios...el regalo más precioso que Dios hizo a los hombres...nunca se convenció mi naturaleza de que fuera pecado...lo veía en los animales, criaturas, al fin, como nosotros, con iguales instintos, que obedecían...sin hipocresías, el mandato del Padre Eterno: crezcan y multiplíquense...me multipliqué , sin miedo a cargarme de familia y de responsabilidades...Yo tenía buenas intenciones...hacía sentirme a imagen y semejanza de Dios, que creó todas las cosas...sentía el gozo inacabable...de poder crear...por la hermosura del acto creador y de las criaturas escogidas para compartir la sabrosa tarea. El que da la vida tiene que luchar por conservarla bien robusta...los santos antiguos, como San Abraham, San Jacob, San David, San Salomón...tuvieron pilas de mujeres. Entonces...estos ejemplos, que sirven para tranquilizar mi conciencia...para componer mi moral, y alentarme no sólo a tener tantos hijos...sino ganados incontables, y casas y tierras y dominios. Esto exigía dar muestras de poder...tampoco tenía mucha religión; pero con mi moral propia, nunca llegué ni a los vicios ni a los abusos y crueldades de...Nunca desconocí ni me burlé de mis compromisos, ni nada tomé sin comprometerme...Tuve que ser duro. Si se me pasó la mano alguna vez, nunca fue por divertirme...Si yo cumplía, era justo exigir que cumplieran...mucho tiempo me tocó (resistir los golpes), y cuando me llegó la de poder golpear, lo hice a la preventiva y a la defensiva. Se me achaca haberme quedado con lo ajeno, haber exprimido al prójimo...Fui hombre alegre. No cruel....Acepto mi gula...a nadie se le negaba de comer en mi casa...me negué a construir capillas...yo digo que para rezarle a Vd. y a los Santos, en cualquier lugar se puede...el cielo raso es suficiente y más directo para levantar los ojos y rezar...no fui incrédulo... A lo que sí francamente me opuse siempre fue a que se acuda a las abusiones y al conformismo para querer ocultar la flojera, la cobardía, la ignorancia y demás vicios, y a confundir religión con hechicería...”

Por la larga lista de descargos se aprecia que Don Epifanio, en su soberbia ante sus "éxitos", se creyó un dios, amo y señor de vidas y haciendas, estableciendo leyes y normas por las cuales se regía; acoplando, cambiado o tergiversando, a su parecer y arbitrio, las preexistentes y naturales; recreando un mundo y legado, ¡qué legado! para unos herederos, todos dotados de señas específicas al clan, similares a las del progenitor y como él, ambiciosos, habilidosos hasta el enredo y aprovechamiento máximo del contrario; sin prejuicios, ni límites morales, cuyas aspiraciones se centran, exclusivamente, en la tenencia de bienes y de riquezas materiales.

La ficción de Yáñez nos brinda la oportunidad de ver el merecido final de un mundo montado sobre principios y leyes tan  personales como egoístas.

Las tierras… (Del rico y poderoso), de Agustín Yáñez

En las páginas 16 y 17 del libro, leo las consideraciones de dos de sus personajes ante los abusos y atropellos de un desalmado prestamista:

“- Pobres; pero no sinvergüenzas. Pago lo que debo...”- “Tratos son tratos...por injustos que sean, si los acepté, tengo que pagar los réditos, aunque sean diez veces más de los préstamos. No he de ser yo el que rompa la ley del respeto a los compromisos,...y que por todos estos rumbos establece la confianza para vivir en paz unos con otros… ¿A dónde iríamos a dar ...si acabáramos con este orden...”- “Abusos donde quiera hay, hasta en la iglesia y los padres.”- “Y son peores los abusos en donde hay leyes del gobierno y gentes que las cuidan, y oficinas para enredarlas, y leguleyos para darles la vuelta y burlarlas, y multas y cárceles que no más, al fin, son para los que no tienen con qué pagar, ni quién responda por ellos. Estamos mejor aquí, a la ley de la buena fe.”

Estas palabras las hago mías luego de leer las dos noticias siguientes:

1) La condonación de los intereses - cifra muy superior - que una entidad financiera ha hecho a unos partidos políticos.(*) Estas formaciones, curiosamente, están gobernando en coalición en la administración pública autonómica.

2) La sentencia que condena a un ex altísimo cargo de un banco a una pena que no habrá de cumplir.(**)

En fin, “cárceles y multas son sólo para los que no tienen con qué pagar, ni nadie que responda por ellos”. Pero, continuemos con la novela de Yáñez .

En la obra de Yáñez, Don Epifanio es uno de sus principales personajes, o  hasta el protagonista.  Personificación del ser rico y poderoso que, por otra parte y según creo, puede darse en cualquier lugar del mundo. Individuo nacido en la pobreza, pero el cual, en apariencias de modo prodigioso,  de la nada(1) y en  pocos años, que suelen coincidir con revueltas sociales o cambios de regímenes políticos, se hace con una gran fortuna personal que si se analiza es de dudosa legalidad y de nula legitimidad moral. Suele figurar entre los llamados "hecho a sí mismo", traducción del término anglosajón del “self made man". En muchas ocasiones, fundador de una saga o clan, cuyas terceras generaciones, seguramente, figurarán entre los de la élite del lugar. O sea, esos mandamases, cuyo abuelo, como en el caso del Don Epifanio de la novela de Yáñez, los más viejos del lugar, lo recordarán cuando ejercía  de arriero; o como tonelero en el tío Grandet de Balzac, o como traficante de licores durante la Ley seca que rigió en EEUU, origen de la fortuna – se dice - de un famoso clan de políticos norteamericanos.(***)

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(*) Me refiero a la condonación por parte de La Caixa de mil millones de pesetas, en concepto de intereses , al PSOE  , y otro importe no tan superior a ERC, formaciones políticas que en esos momentos gobernaban en coalición la Comunidad Catalana.
(**) La condena de cárcel al ex presidente del BBVA, Emilio de Ybarra,(2) que, obviamente, no fue efectiva.
(***)Los Kennedy.


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(1)En 22.7.2019 actualizo el comentario y añado  enlace con información acerca de unos cuantos multimillonarios mundiales "surgidos de la nada."
https://www.holded.com/es/blog/de-pobres-a-ricos-10-empresarios-hechos-a-si-mismos/

(2) Siguiendo con la actualización, enlazo con la información publicada por cincodias.com en relación a Ybarra, en ocasión de su fallecimiento, el pasado 17 de julio de 2019.EPD.
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/07/17/companias/1563356081_664070.html


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18 de junio de 2021: Se hace necesaria nueva actualización para incluir los últimos acontecimiento que evidencian la vigencia de esta universal novela del mexicano Yáñez.

Y estos hechos son:  En primer lugar la promoción del indulto que el gobierno socialista presidido por Sánchez piensa dar a los gobernantes y políticos sediciosos catalanes en prisión. 

Indulto que una inmensa mayoría del pueblo español rechaza, pero que ayer, 17 de junio 2021, ha sido respaldado por los empresarios catalanes representados por el Circle de Economia, los empresarios españoles representados por la CEOE y hasta por el alto clero catalán de la Conferencia Episcopal Tarraconense. 

Pero, ahí no queda la cosa, también hemos conocido la decisión del juez Pedraz, de la Audiencia Nacional de iniciar el juicio oral  a los Pujol, excepto a "La Madre" debido a su demencia, e imponer una multa de tan solo 7,5 millones de euros al mayor de los hijos.  La Abogacía del Estado exonera a Pujol -Padre.  

¡En fin "multas y cárceles que no más  son para los que no tienen con qué pagar, ni quién responda por ellos!

Las tierras flacas, de Agustín Yáñez

Esta interesante novela fue escrita por el mexicano Agustín Yáñez en 1962. La edición por mí leída es de Biblioteca Básica Salvat de Libros RTV, número 74, de 1970. Prólogo de Manuel Andújar. La leí por primera vez hace unos diez años. Me gustó. Más bien, me impactó por la singularidad de las formas de expresión y por su temática de fondo. Detallo algunas:


1) Los nombres bíblicos dados a determinados personajes, lugares o animales, que te inducen a pensar en posibles metáforas.

2) La infinidad de máximas y refranes puestos en boca o en el pensamiento de algunas de las figuras principales.

3) El constante recurso a mostrarnos lo que piensan algunos de sus personajes. (Interiorismos)(*). Lo cual, al menos en la edición leída, es remarcado diferenciando los textos con letra en cursiva. Estos personajes son el ranchero Rómulo, el patriarca Epifanio, la "sacerdotisa" Matiana y, alguna vez, Merced, la esposa del ranchero. No recuerdo haber leído interiorismos de otras figuras de la novela. Acaso cabría suponer cierta relevancia de estos personajes sobre el resto.

4) La problemática social. El panorama allí descrito muestra el retroceso y la degradación impuestas por las ambiciones personales de un clan de corruptos. Cuyos desmanes y sinrazones, fruto de la más desmedida codicia personal, han llevado a la región a la miseria y al atraso. Se habla de los continuos abusos de poder por parte de los opresores y de la nula reacción de los oprimidos, acobardados y sumisos, esperando que llegue otro y les salve. Así las cosas, los fuertes, envalentonados, son cada vez más poderosos y los débiles más flacos o débiles.
5) El conocimiento profundo de la Fe Católica, de sus fiestas, santoral y oraciones.

Como dije, me llamó mucho la atención los nombres asignados por el autor a ciertos personajes, lugares e incluso a alguno de los animales de su novela. Puede que escondan una interpretación más universal de esta obra, de los tipos humanos y de los conflictos sociales allí descritos, que no la simple circunscripción de éstos a un trozo del México rural (Jalisco), después de su Revolución, como inducen a pensar las biografías de Agustín Yáñez, o el prólogo del libro, firmado por Manuel Andújar. El propio Yáñez nos da indicios cuando explica cómo el prolífico don Epifanio cuidaba mucho, antes de bautizar a cada uno de sus hijos, de asignarle el nombre propio más adecuado a sus características personales y, consecuentemente, al papel que le deparaba dentro del clan. Pero, bueno, vayamos a lo del significado de algunos de los nombres con que Yáñez bautizó a sus criaturas de ficción:
Epifanía: la manifestación de Dios hecho hombre. Festividad de los Reyes Magos.
Jacob: "el que toma por el calcañar" o "el que suplanta". Nombre del patriarca del Antiguo Testamento, padre del pueblo hebreo; fue hijo de Isaac y de Rebeca y hermano gemelo de Esaú, a quien quitó la heredad.
Miguel: "Quién como Dios". San Miguel es uno de los siete arcángeles. La Santa Iglesia da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama "Príncipe de los espíritus celestiales", "jefe o cabeza de la milicia celestial".
Belén: Lugar de nacimiento de Cristo- Salvador.
Betania: Lugar de la antigua Palestina, a 10 Km. al S. de Jerusalén y al pie del monte de los Olivos.
Sara: Personaje del A.T., esposa de Abraham y madre de Isaac.
Teófila: " Amada de Dios", o "que ama a Dios
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(*) Interiorismos, vocablo utilizado en el prólogo en alusión a los pensamientos de los personajes.