sábado, 23 de noviembre de 2013

Sab, novela original, de Gertrudis Gómez de Avellaneda

 
Antes de rescatar de mi memoria los recuerdos sobre esta lectura, voy a hablar un poco de la autora, una célebre poetisa cubana que vivió en el siglo XIX( 1814-1873). Y he dicho cubana porque nació en aquella isla, cuando ésta era una colonia de España, entonces un imperio cuyas relaciones económicas y comerciales eran las propias de un sistema colonial en el que la esclavitud era lícita y legal.

Gómez de Avellaneda pertenecía a la élite cubana y desde muy joven destacó por su actitud poco convencional. Entre los españoles célebres de la época con los que se relacionó están Fernán Caballero, Espronceda, Zorrilla y el escritor andaluz Alberto Lista. En buscabiografias.com se destaca que Menéndez Pelayo vetó su entrada a la Real Academia de la Lengua. Escribió muchas obras de distintos géneros literarios, pero, pienso, que fue en la poesía donde destacó. A continuación y como homenaje a esta insigne escritora y a sus dos patrias, Cuba y España, copio y pego dos de sus poemas:

Al partir

(Soneto)



¡Perla del mar! ¡Estrella de Occidente!

¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo

la noche cubre con su opaco velo,

como cubre el dolor mi triste frente.

¡Voy a partir!. . . La chusma diligente,

para arrancarme del nativo suelo

las velas iza y, pronta a su desvelo,

la brisa acude de tu zona ardiente.

¡Adiós, patria feliz, edén querido!

¡Doquier que el hado en su furor me impela,

tu dulce nombre halagará mi oído!

¡Adiós!. . . Ya cruje la turgente vela. . .

El ancla se alza. . . El buque, estremecido

las olas corta y silencioso vuela.





Al pendón castellano



¡Salve, oh pendón ilustre de Castilla,

Que hoy en los muros de Tetuán tremolas,

Y haces llegar a la cubana Antilla

Reflejos de las glorias españolas!

La media luna -que ante ti se humilla,-

Recuerda ya que entre revueltas olas,

De la raza de Agar con hondo espanto,

Se hundió al lucir el astro de Lepanto.


Y esa morisma -de la Europa afrenta-

Que el rugido olvidó de tus leones,

Hoy al golpe cruel -que la escarmienta,-

Forjando en su pavor fieras visiones,

De siete siglos a la luz sangrienta

Juzga que mira alzarse entre blasones,

-Sus turbantes teniendo por alfombras,-

Del Cid, de Alfonso y de Guzmán las sombras.


¡Oh! ¡sí! contigo van, por ti pelean

Esos nombres augustos; de su gloria

Los rayos en tus pliegues centellean,

Como fulguran en la hispana historia.

¡Que así triunfantes para siempre sean

Símbolos del honor y la victoria,

La civilización mirando ufana,

Que hoy te hospeda Tetuán, Tánger mañana.

oooOOOooo

Asimismo, copio y pego, el primero y último de los párrafos de la introducción al personaje que he leído en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, firmado por María Angeles Ayala Aracil:

Gertrudis Gómez de Avellaneda fue considerada en su tiempo como una de las mejores expresiones del movimiento romántico. Su vida y su obra siguen interesando a los estudiosos actuales, tal como se aprecia en los numerosos trabajos de investigación publicados en estos últimos años. Sus personales circunstancias biográficas, su apasionado carácter, su generosidad y su marcada rebeldía frente a los convencionalismos sociales, que la llevó a vivir de acuerdo con sus propias convicciones, la apartan de la mayoría de las escritoras de su época, convirtiéndola en precursora del movimiento feminista en España(...)El Portal dedicado a Gertrudis Gómez de Avellaneda en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes obedece a un claro objetivo: contribuir al análisis y reconocimiento de una de las escritoras más representativa e interesante del siglo XIX. Sin lugar a dudas, su buen quehacer literario ofreció una nueva visión de la mujer, en un momento histórico en que ésta se hallaba sujeta a trabas sociales que impedían su natural vocación literaria. En este sentido, Gertrudis Gómez de Avellaneda fue un eslabón fundamental en la reivindicación de la mujer en un contexto social adverso y plagado de prejuicios sociales. "



Después de esta larga introducción toca ya hablar de la obra, o sea, de “Sab”, novela original, escrita por Gertrudis Gómez deAvellaneda en 1841, es decir, más de diez años antes de la publicación en 1852 de La Cabaña del Tío Tom”, la archiconocida novela de Harriet Beecher Stowe que logró despertar la conciencia de los estadounidenses a
la abolición de la lacra de la esclavitud.(1)

El ejemplar  leído corresponde a Ediciones Orbis,1988, Colección Grandes Escritoras, Biblioteca de Grandes Éxitos, diseño de la cubierta de Elisenda Bachs y director de la colección Virgilio Ortega.

Dos son las cuestiones fundamentales tratadas por su autora en esta novela, la denigrante y discriminatoria situación del sujeto sometido a la esclavitud, y el amor, pero especifico, un amor imposible por los convencionalismos sociales y económicos de la época y del lugar. Ambas problemáticas están personificadas en su protagonista, el mulato Sab. Un ser descrito como superior, física y sobretodo, moralmente. La historia se sitúa en Cuba, en plena época colonial, cuando aquella Isla pertenecía a la Corona Española y el régimen de esclavitud era legal. La obra, pues, tiene un marcado tono sentimental, tanto en su fondo como en el estilo , que, según su propia autora es un producto de juventud(tenía 22 años) que decidió publicar luego de que el escritor Alberto Lista se lo recomendase.



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(1) A Olsen, firmante de un comentario sobre esta novela, debo la  observación de la mayor antigüedad de esta obra(1841) que La Cabañadel Tío Tom,(1852),  el libro más leído entonces en los EEUU de Norteamérica después de la Biblia y que tanta repercusión tuvo entre los ciudadanos de aquel país, al disponerlos en contra de la esclavitud. Recojo la afirmación de Abraham Lincolnen 1862, en plena Guerra civil de Secesión, cuando conoció a Harriet Beecher Stowe  autora del libro y le expresó: "De manera que es usted la pequeña mujer, que escribió el libro que provocó esta gran guerra"


oooOOOooo

29 de noviembre de 2013: Acabo de echar un vistazo a las biografías de Abraham Lincoln y Harriet Beecher Stowe y comprobar la formación religiosa y arraigada moral y principios cristianos como denominador común de estos dos seres que tanto contribuyeron a la abolición, al menos legalmente, de la lacra de la esclavitud a la que las ominosas leyes materialistas de aquel país, los EEUU de Norteamérica, condenaba a los miembros de aquella sociedad de raza u orígenes negros. 

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